Benito Díaz
Emilio José Ruiz-Jáimez es un hombre de 36 años. Desde hace siete, sufre Linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer que afecta a los leucocitos y que le ha producido un 67% de discapacidad física. Decidió entonces probar con el cannabis, pues quería conocer sus posibles efectos terapéuticos. Como él, miles de pacientes se enfrentan a grandes obstáculos para optar por terapias alternativas con Marihuana, salvando prejuicios, desconocimiento y embarcándose en la ardua tarea de encontrar un profesional médico favorable. Alrededor de 100.000 personas se encuentran en esta situación, según datos ofrecidos por el Observatorio Español de Cannabis Medicinal durante 2019.
Caso Ruíz-Jáimez
“Me quejaba de dolor de espalda y tuve que ser violento para conseguir una Resonancia y debido a eso se descubrió el primer cáncer” relata Jáimez. Lo que hasta entonces era una actividad ocasional y lúdica, se transformó en una necesidad real. Emilio, que carecía de formación en cuanto a la terapia, tuvo que utilizar su propio esfuerzo para recoger toda la información que pudo al respecto. “En 2014 me diagnosticaron el primer cáncer y en 2015 empecé con la quimioterapia”, nos cuenta.
Superada su primera dolencia, el cáncer se reprodujo y Emilio tuvo que volver al tratamiento. Intentó contactar con las grandes asociaciones españolas sobre el Cannabis Terapéutico, pero no recibió respuesta.
Emilio vive en la actualidad en un pueblo de Toledo. La incapacidad para encontrar puentes o especialistas específicos que puedan certificar la necesidad de estas terapias es la misma en la que se encuentran miles de personas que buscan clínicas y médicos que puedan ayudarles. Para su desgracia, este tipo de empresas y de profesionales son muy escasas y están saturadas. Ningún médico respalda su tratamiento, ni cuenta con ninguna receta para tomar cannabis. Sin embargo, gracias a su CSC Heart Of María, ha podido acceder a aceites de CBD. Dice que le funcionan. Ahora se atreve con actividades que antes le suponían un esfuerzo intolerable.
Educannem
Javier Miravete se encuentra al frente de Educannem. Es presidente de la Asociación Terapéuticas Hierbas Castellón y es vocal de usuarios terapéuticos de Castelló Cannabis Club (CCC).
“Nosotros tuvimos mucha suerte. En seguida entramos en contacto con Fernando Caudevila, médico relacionado con Energy Control, gracias a nuestro trabajo en Reducción de Riesgos. Aproveché para aprender todo lo que pude de él”, declara Miravete. “Después de un tiempo, en la III Edición de Cannabmed, entramos en contacto con Mario Land, otro médico dispuesto a colaborar con nosotros. Desde que decidí crear Educannem, contamos con grandes profesionales, como Noemí Sánchez, neuropsicóloga, el Doctor Land y al gabinete BROTSANBERT en el área jurídica”.
Educannem es “una consultoría de terapias complementarias donde F. Javier Miravete asesora y acompaña en el conocimiento de las plantas medicinales y nutrición”, como se explica en su página web. “EDUCANNEM –ConCienienciaCannábica-, es el nombre comercial. Asesoro en materia de salud y soy Técnico Superior de Plantas y Alimentación. Todo mi trabajo se basa en estudiar una nutrición adecuada, ejercicio, el uso de las plantas y la prevención de riesgos si decides usar cannabis, aunque a veces hago más de psicólogo. En esencia, soy terapeuta y consultor de terapias naturales”, aclara.
Los pasos a seguir para un paciente que quiere acudir a estas terapias son sencillos, pero no fáciles de conseguir. En primer lugar, se necesita acudir a una asociación cannábica que cuente con código ético. Esto significa ofrecer el servicio más seguro posbile a una persona usuaria, contando con tener una trazabilidad completa de la planta y sus derivados, analizándolos en la medida de lo posible. “Esa asociación debería contar con un servicio médico y conocer en detalle los casos personales de los pacientes. Es un tratamiento muy específico, con muchas variables en cuanto a los cientos de cannabinoides que tiene la planta. Desconozco otras asociaciones tan completas como la nuestra. Además, Educannem siempre ha ofrecido colaboración a cualquier asociación que nos lo haya pedido, incluso hemos obtenido permiso del Comité Ético de la Universitat de València para realizar con la dirección del Grupo de Estudios FesHoBe!”, comenta Miravete.
La accesibilidad de los pacientes a estas terapias es mala, según nos contesta Miravete, debería mejorar mucho. “Es habitual que no se encuentren médicos dispuestos a colaborar. No hay información y la que hay suele estar distorsionada. Tienen mucho miedo al Cannabis porque es ilegal. Hay muchos investigadores científicos que están impulsando las terapias, pues conocen el potencial que encierra la planta. Pero apenas hay un puñado de médicos que entren a jugarse su licencia por recomendar Cannabis Terapéutico. Nuestro código ético no nos permite asociar personas no residentes en la provincia, pero muchas veces debemos asesorar a personas de fuera a las cuales no se les puede realizar dispensa, lo cual es una locura de situación, que necesita de una seguridad jurídica inmediata. Esto requiere una gran implicación personal y siempre vamos cortos de medios. Nadie tiene buena información, no hacen análisis, no hacen seguimientos. Es mucho trabajo, integración social, seguimientos minuciosos, formación a otras personas, incluso a los mismos pacientes en cuanto a su tratamiento. Un trabajo bien hecho, pero complejo y no está pagado”.
Miravete lleva afectado por una hemofilia de tipo grave desde niño. No podía salir de casa, sufría dolores constantes y sus enfermedades eran foco de la crueldad de los demás niños. “A los 10 años consigo salir de casa. Era muy retraído y sufría frecuentes dolores, los demás críos me decían de todo” narra. “A los 14 me encontré con un porro y esa tarde, cuando volví a casa, me reí de todo. Me sentó bien y repetí. Seguí haciéndolo cuando podía y a los 24 cultivaba ya mis primeras plantas. A los 39, la policía descubrió mi autocultivo tras 15 años cultivando. Fui absuelto, pero pasé casi cinco años terribles de incertidumbre, siendo o peor el quedarme sin mi medicina. Hoy puedo decir que, gracias a ello, acudí a Castelló Cannabis Club, donde no solo mejoré, sino que crecí en los ámbitos social y profesional. Gracias a su trabajo previo, me fue mucho más fácil mi camino y labor en la asociación”.
Para contactar con Educannem, Terapéuticas Yerbas Castellón y CCC pueden servirse de los siguientes correos. Recuerden que solo se trata de lugares de información, CCC solo admite a socios de Castellón. Otra opción es contactar con la Clínica Kalapa de Barcelona.