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Marihuana sintética

Marihuana sintética

Nombre(s): Marihuana sintética, Spice, K2, cannabinoides sintéticos, falsa marihuana.

Principio(s) activo(s): Cannabinoides sintéticos, agonistas totales de los receptores CB1 y CB2.

Clasificación: agonistas totales del sistema cannabinoide endógeno

Presentación(es) común(es): los compuestos puros son un polvo blanco, la presentación más común es materia vegetal no psicoactiva que se ha empapado en una solución de estos compuestos y se vende como “marihuana sintética” o “yerba legal”.

Historia: los cannabinoides sintéticos comenzaron a ser estudiados por la farmacéutica Pfizer en los años 80 y al mismo tiempo la síntesis de estos compuestos se desarrolló intensamente gracias a la actividad del químico John Williams Huffman. De hecho, los dos primeros compuestos de este tipo detectados en el mercado fueron el JWH-073 y el JWH-018, que como otros compuestos de la serie llevan en su nombre las iniciales del químico que los creó. Se crearon como herramientas de investigación biológica, como otros miles de compuestos, pero nunca fueron pensados para los aspectos recreativos que se les intenta dar por parte de los vendedores de marihuana sintética.

En el año 2008 se detectan las primeras mezclas de materia vegetal con estos compuestos que se venden como “legal highs” o colocones legales, ya que no estaban afectados -dada su novedad como compuestos- por ninguna ley ni restricción. La prohibición de los primeros cannabinoides sintéticos encontrados en las muestras de “marihuana sintética” hizo que los productores cambiaran de compuestos, a otros más nuevos y menos conocidos con lo que se producen mayores riesgos.

A día de hoy y a pesar de las prohibiciones sobre algunos de estos compuestos, sigue existiendo un mercado legal de estos productos que se aprovecha de la falta de regulación sobre los mismos para promocionarse como alternativas legales al cannabis, que no son detectables en análisis de drogas. Este hecho, que no estén fiscalizados y que no sean fácilmente detectables, son las principales razones esgrimidas por quienes los usan para elegirlos en lugar del cannabis natural. Mientras que el cannabis y sus derivados nunca han matado ni causado un grave daño a ninguna persona en la historia, los cannabinoides sintéticos y en concreto la presentación de los mismos como “marihuana sintética” y legal, ha producido ya varias muertes en todo el mundo y es actualmente uno de los problemas de salud pública relacionada con drogas más acuciantes que hay en países como Reino Unido o USA.

El hecho de que sean agonistas totales de los receptores cannabinoides, resulta en una cascada de efectos (muchos todavía desconocidos) que incluye ataques epilépticos, parálisis, ictus, ataques cardíacos, ideación suicida y paranoide, pensamientos de ser objeto de ataques y conspiraciones por parte de quienes rodean al consumidor, agresividad, confusión, alucinaciones, pérdida de consciencia, fallo multiorgánico y, en algunos casos, la muerte del sujeto que consume el preparado, a veces con una simple calada del producto.

Forma, dosis y consejos de reducción de riesgos en su consumo: resulta casi imposible hablar de dosis y reducción de riesgos en estas drogas, ya que con frecuencia el mismo producto con el mismo envoltorio puede contener compuestos distintos y varios compuestos, no sólo de tipo cannabinoide sino también de tipo benzodiacepínico u opioide. El único consejo aceptable de reducción de riesgos con respecto a este tipo de sustancias y de preparados con materia vegetal, es el no consumo de los mismos. Son además sustancias que crean adicción de tipo físico y psíquico, combinando su abstinencia un cuadro de síntomas similares a la abstinencia a opiáceos (con dolores físicos) y la abstinencia a estimulantes tipo crack o metanfetamina (con graves alteraciones del ánimo y psicológicas). El único consejo aceptable es no consumir estos productos.

Efectos: resulta casi imposible hablar de efectos cuando nos referimos a sustancias virtualmente desconocidas en el 95% de su farmacología, aunque es posible que en dosis bajas guarden alguna similitud con el cannabis, ya que actúan sobre los mismos receptores. Los efectos más conocidos y descritos de estos compuestos son la serie de daños y peligros que suponen para el consumidor, que en el 99% de los casos estará consumiendo una o varias sustancias sin conocer ni cuáles son ni los daños que le pueden causar.

Riesgos: adicción, daños nerviosos, daños cardiovasculares, daños cerebrovasculares, epilepsia, parálisis, fallos orgánicos, muerte.

Estatus legal en España: Legales, sin regular ni fiscalizar de momento.

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