Por Larry Acr
Aunque dicen estar influidos por estandartes de los géneros que practican, casos de Mulatu Astatke (ethiojazz), James Brown (funk) o Fela Kuti (afrobeat), lo cierto es que con la publicación de su primer álbum para la marca madrileña Tucxone Records, “Chase Across Orion”, consiguen hacer progresar la música incorporando sonidos de querencia setentera, y añadiéndoles, con inequívoca voluntad de enriquecerlo, referencias estéticas de películas de serie B o de novelas de ciencia ficción, logrando así crear paisajes sonoros que te transportan mentalmente a lugares recónditos de galaxias lejanas.
Supongo que, más allá de la esfera planetaria de lo musical, la banda recibe influencias en otros campos de la cultura y el arte como el cine, la novela, la ciencia ficción o el cómic que contribuirán a conformar el imaginario de la banda. ¿Quiénes son vuestras mayores fuentes de inspiración en cada uno de los campos antes mencionados? ¿Son tan importantes como la música para la banda?
En efecto, desde un principio teníamos muy claras las influencias extra musicales de la banda. Las fuentes de inspiración son muchas y provienen de distintos campos. Pero sí que ha estado siempre muy presente la ciencia ficción con un enfoque retro. Las películas de los ’50 y ’60 como “Forbidden Planet” o “Ultimátum a la Tierra” y todo este género espacial misterioso pero ingenuo. La literatura y el cómic también juegan su papel. Libros de Arthur C. Clarke, Philip K. Dick o Asimov. Todo en Outer Space gira en torno a este mundo y se inspira en estos paisajes espaciales y aventuras fantásticas. A través de nuestras canciones queremos recrear estas historias, atmosferas y climas que siempre nos han inspirado.
Retornando a la esfera musical, se perciben ciertas influencias de bandas coetáneas como, por ejemplo, The Daktaris, Akalé Wubé o The Budos Band, formaciones que partiendo del afrobeat lo trasladan a otro nivel describiendo atmósferas o paisajes sonoros que se alejan de ciertos clichés del género, e incluso incorporan ciertos dejes propios del ethiojazz. ¿Es algo que os habéis planteado desde el principio con voluntad de aportar vuestro toque distintivo o ha surgido de forma intuitiva? ¿Cuáles son vuestros referentes sonoros, actuales o pasados?
El toque distintivo es una consecuencia inevitable y deseada. Teníamos muy claro desde el principio cuales eran nuestras influencias. Mulatu Astatke, Fela Kuti, The Budos Band, o Antibalas son algunas de ellas. También James Brown o The Meters son importantes para nuestra inspiración. No solo mezclamos Afrobeat y Ethiojazz con Soul y Funk. Es una manera de hacer cada uno de estos estilos lo que nos apasiona. Empezamos con la premisa de centrarnos en algo y explorarlo con profundidad. Intentar huir de caprichos estilísticos y tratar de investigar una línea concreta formada de estas influencias y de nuestras inquietudes y criterios musicales. Luego, el hecho de juntar talentos y personalidades en un mismo grupo hace inevitable que el resultado final sea una sorpresa y tenga una personalidad propia.
Tratándose de música instrumental y bastante descriptiva en sí misma, no sería de extrañar que hubiera quien pueda percibirla como apropiada para musicar alguna producción cinematográfica o incluso un musical (como le ha ocurrido a Antibalas con Fela!). ¿Estáis receptivos a propuestas en este sentido? Si tuvierais ocasión de elegir, ¿con qué cineasta os privaría trabajar y a qué clase de producción os gustaría aportar la BSO?
Por supuesto, nos encantaría. Nos hemos imaginado nuestra música en películas de Tarantino o Robert Rodríguez más de una vez. Son cineastas que han demostrado cierto gusto por recrear la ciencia ficción retro y los cómics del género. Pero también hay cierta versatilidad en la música cuando la unes a otras artes como el cine. Una escena con un sentido junto a una música con otro, pueden llegar a producir un tercer sentido fruto de la unión. Es un campo mágico donde las posibilidades se multiplican. Y el hecho de ser música instrumental, aún le da más alas a la imaginación.
Vuestra primera referencia conocida será el lp “Chase Across Orion” publicado por el joven sello madrileño Tucxone Records, una marca a la antigua usanza que cuenta con estudio propio, compositores, arreglistas y una banda residente en el estudio que acompaña a los artistas solistas que han ido lanzando, The Silverbacks. ¿Cómo surge la oportunidad de trabajar con este sello tan particular y en qué facetas de vuestra música interviene u os aconseja? ¿Cuál es vuestra forma de trabajar y coordinaros con el sello siendo una banda de otra galaxia?
Estamos muy contentos de trabajar con Tucxone. Cuando el proyecto se estaba cocinando subimos a una red social un video de un ensayo. De alguna manera, la gente de Tucxone vio el video y esto hizo despertar su interés por nosotros. Este interés se hizo mutuo cuando descubrimos cual era la forma de trabajar y de vivir la música que tienen la gente que trabaja en Tucxone. Siempre han respetado nuestra fuerte convicción en lo que hacemos en cuanto a lo musical. Nosotros nos dejamos llevar en el diseño sonoro del disco. Tucxone graba sus discos en un estudio analógico y tienen muy claro que sonido quieren. Les dimos plena confianza en este sentido y estamos muy orgullosos con el resultado.
Como hemos podido comprobar en los videos de cariz promocional que acompañan la publicación del álbum, la propuesta sonora se complementa con elementos estéticos como el atrezzo. ¿Podéis revelar o aportar pistas lo que tenéis en mente para trasladar las canciones al directo de manera que éste no sea una mera recreación del álbum?
En primer lugar queremos puntualizar que subir a un escenario para defender unas canciones no lo llamaría una mera recreación del álbum. Eso es lo que hacemos. Parir un proyecto y luego defenderlo en un escenario. No nos parece poco. Y más si tenemos en cuenta que una parte importante del show son solos improvisados.
¿Qué tenéis pensado elaborar con el material audiovisual que habéis ido registrando recientemente?
El material audiovisual hasta ahora ha tenido una función muy concreta de promoción y divulgación por un lado, y, por otro, de creación de una imagen y un carácter visual del proyecto.
¿Quién se responsabiliza y bajo qué criterios para la elección del vestuario?
El vestuario fue fruto de momentos de catarsis con la gente de Tucxone donde surgió la idea de tener en cuenta la imagen de la banda en un escenario. Los criterios son los ya mencionados, la ciencia ficción de serie B y la estética retro-futurista. Algunas películas como “El Planeta de los Simios” sirvieron de inspiración.
Siendo África un continente que tenemos tan próximo en tantos aspectos, ¿a qué se debe el flagrante desconocimiento que existe en nuestro país sobre la cultura africana? ¿Hasta qué punto y qué limitaciones tienen proyectos como el sello Slow Walk Music -que edita a artistas africanos como Kwame, Nakany Kanté o Masara Traoré, y de inspiración africana como Alma Afrobeat Ensemble o Moya Kalongo- o proyectos de divulgación e investigación como Wiriko o Afribuku?
El flagrante desconocimiento afecta a muchas áreas en nuestro país, no solo a la cultura africana. No vemos limitaciones en los proyectos que mencionas. Más bien vemos iniciativas que aportan más conocimiento de ciertas culturas y aportan una divulgación de la música en general.
