En Pueblo, una localidad del estado norteamericano de Colorado, van a destinar 2 millones de dólares a becas educativas.
Estos 2 millones de dólares se obtendrán directamente de los impuestos sobre la venta de marihuana en dicho estado, tras una votación popular celebrada en Noviembre del año pasado que recibió el apoyo de más del 60% de los votantes y que sentó las bases de esta medida, que se hará efectiva en 2017 y que irá ampliando gradualmente los aportes impositivos hasta alcanzar, según todas las previsiones, los 3,5 millones de dólares para becas en 2020.
Y claro, la controversia está servida: ¿Cómo es posible que el sistema educativo promueva la prevención contra el abuso del cannabis, si es el propio cannabis el que va a ayudar a financiar la educación?
Por supuesto, esta pregunta surge en los sectores menos favorables al cannabis, mientras que los lugareños se muestran a favor y negaban cualquier tipo de problema. Taylor West, director adjunto de la National Cannabis Industry Association, se mostraba totalmente a favor de esta medida ya que “las empresas de la industria cannábica están interesadas en demostrar que son miembros activos en pro del desarrollo de toda la comunidad, así que esta oportunidad de contribuir económicamente es perfecta. Y la gente se alegra de que la industria colabore y contribuya de esta forma”.
El condado de Pueblo es el responsable del 3% de las ventas de marihuana recreativa y del 20% de la producción de todo el estado de Colorado.