Por Rose & Cannabis.es
Nuestra amiga Rose Marie se acercó a la feria cannábica Lift en Toronto. Le preguntamos qué la pareció y de paso aprovechamos para que nos pusiera al día de la situación cannábica en Canadá.
Rose Marie es cultivadora y activista desde mediados de los años 70. No es periodista, pero muy amablemente se ofreció a contarnos su experiencia y nos dejó publicar las fotos que hizo durante su visita. A continuación podéis ver y leer lo que vivió en la feria más importante del país norteamericano:
En la actualidad aquí hay alrededor de 30 grandes grows y todos quieren que les compres a ellos, ya que están pagando impuestos y testando todos sus productos.
Tengo que decir que me encantó la feria. Allí hubo muchas personas de diversas empresas relacionadas con la industria cannábica. El sábado fue el día más concurrido y a veces no podías casi moverte entre las isletas de la feria. Había doctores a tu disposición, trabajando para compañías legales “reclutando” nuevos pacientes.
Hubo varias conferencias muy interesantes, y Canopy Growth Corporation, la compañía más grande de Toronto que hace entrega de cannabis a domicilio en cuestión de horas, también estuvo presente. Bruce Linton, el director ejecutivo de la empresa comentó que “no existen dudas sobre la legalidad y el origen del cannabis que distribuyen”.
Mark Gobty, director ejecutivo de Peace Naturals, afirmó que hay sitio para más dispensarios, pero piensa que todos deben seguir las mismas reglas. Haciendo referencia a que pagan impuestos y deben asegurar que su cannabis está libre de plagas, hongos y que tienen una cantidad de THC certificada. La industria legal del cannabis debe acatar varias normas y reglas, y quieren que todo el mundo haga lo mismo.
Los veteranos canadienses también estaban allí. El gobierno de Canadá se hace cargo de sus tratamientos con cannabis y los impuestos de los canadienses han destinado 25 millones de dólares para costear sus recetas. Esto ha salvado muchas vidas, porque el número de veteranos que se han suicidado dobla al número de combatientes en Afganistán.
Por supuesto, hubo muchas detenciones en las redadas de los dispensarios, y no estaban de humor para celebraciones. Muchos afirmaban que volverían a abrir, y gente proveniente de la Columbia Británica, donde han legalizado algunos dispensarios, prometieron que abrirían dos tiendas por cada una que habían clausurado, como muestra de apoyo y para demostrar que los dispensarios no van a desaparecer.
Personalmente, me impresionó ver lo saludable, profesional y normalizada que se ha vuelto la industria. En algunas ferias anteriores, pude ver muchas mujeres que habían sido contratadas para ir pavoneándose casi desnudas, haciendo prueba que “el viejo club de tíos sexistas” todavía estaba presente, y por suerte este año no había nada de eso. Las mujeres se han visto representadas de una forma más igualitaria y profesional.
Los dispensarios finalmente no tuvieron permiso para promocionar su hierba, cuando algunos ya habían pagado sus stands. Uno de ellos puso en marcha una campaña de recaudación para solicitar ayuda y afrontar los costes legales, y me consta que el sábado ya había recaudado 1.000 dólares. Las compañías legales eran las que promocionaban su producto. Tuve oportunidad de ver a un chef que hacía demostraciones sobre cómo se puede cocinar con cannabis.
En las charlas hubo varias intervenciones muy interesantes, disfruté escuchando las últimas investigaciones sobre el cannabis, y sus experimentos con cultivos con lámparas HPS comparadas con lámparas LED. También están experimentando con cultivos hidropónicos con buenos resultados. Las lámparas LED no producen tanta cosecha como las HPS, pero poco a poco van mejorando. Algunos de los invitados que intervinieron, eran doctorados en botánica lo que añadía profesionalidad a la feria.
Los dispensarios, los cultivadores ilegales y los vendedores de semillas son los que han pavimentado el camino a la legalización así que quieren ser incluidos y legitimados en los cambios que se avecinan. Algunos afirmaban que muchos dispensarios no están cumpliendo con su parte de los impuestos, y esto podría cambiar si fuesen legitimados como en otras provincias, como está sucediendo con la legalización en la Columbia Británica. Había muchas compañías que venían de allí, y nos llevan años de adelanto en comparación con nuestra situación en Ontario.
El “Vapor Lounge” estaba abierto para todos los mayores de 19 años, y me gustó el hecho de que fuese un auténtico salón de vapor, sin humos. Algunos de nosotros tenemos problemas de salud y no podemos estar en un salón de vapor en el que hubiese humo. Había dabs gratis de concentrados, y lo agradecí mucho ya que me ayudó con mis dolores y pude disfrutar de la feria. Me encantaron los concentrados que probé de algunas grandes compañías obtenidos con CO2, los prefiero a los extractos con butano que creo son más tóxicos y no me gusta consumir. Me regalaron una muestra de aceite muy aromático que había sido desarrollado en California. Las empresas están limitadas y sólo pueden ofrecer concentrados con un 3% de THC, pero están trabajando para cambiar esto. Algunas compañías también están trabajando en ambientadores, colonias, etc… El futuro está en los parches, las tinturas, etc…
Dos días antes de la feria hubo una conferencia de negocios, pero la entrada costaba 1500 dolares. Algunas compañías se reunieron con Bill Blair un jefe de la policía de Toronto retirado que está al frente de la legalización, y tuvo lugar justo unos días antes de que la redada en los dispensarios tuviese lugar. Creo que la industria está cambiando hacia un monopolio legal, y siempre habrá un mercado negro, pero con la calidad que se avecina, y las cantidades masivas que las grandes compañías podrán cultivar los precios bajarán y esto dejará a mucha gente que está involucrada en el mercado negro fuera de juego. Esto se refleja ya en los negocios hidropónicos en London, Ontario, que han visto como bajaban sus negocios y han tenido que reducir sus espacios de cultivo.
También creo que ha habido mucho “abusón” y muchos chulos en la industria. Yo empecé a cultivar en 1979, he visto los cambios, y me parece genial el nuevo enfoque que se está dando al cannabis.
Y por supuesto que esto va a seguir creciendo, porque el mercado recreativo llegará la próxima primavera. Una compañía de Leamington, Ontario está ampliando sus cultivos de un acre (cerca de media hectárea) hasta los 9 acres y predicen que sus negocios crecerán considerablemente. Hay tantos nuevos productos y métodos de reparto y entrega que estarán disponibles en breve, y una vez que todo el mundo pueda acceder a esos productos y consumirlos, habrá miles y miles de nuevos clientes.