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El Plan Nacional de Drogas vincula el cannabis al tabaquismo

El Plan Nacional de Drogas vincula el cannabis al tabaquismo

Benito Díaz

El pasado 11 de mayo se celebró el día mundial sin tabaco, promovido por el Plan Nacional Sobre Drogas (PNSD), entidad dependiente del Ministerio de Sanidad. En su cuenta de Twitter, el organismo difundió distintos mensajes antitabaco; sin embargo, también publicó un hilo en el que se expusieron una serie de argumentos que defendieron posiciones prohibicionistas del cannabis, basados en afirmaciones controvertidas.

En el hilo, una etiqueta correspondía a la asociación subsidiaria del PNSD, Evidencia Cannabis Tabaco (ÉVICT). Aunque el PNSD no es sospechosa de participar en el activismo por la libertad del Cannabis, ÉVICT parece haber firmado todos y cada uno de los argumentos vertidos en los mensajes de la red social, que analizaremos más adelante.

ÉVICT

La actividad del PNSD es bien conocida. Sus actualizaciones en redes sociales nos mantienen al día de sus propuestas, informes y entregas de premios. Sin embargo, no es tan conocido este subgrupo, que algunas personas han llegado a denominar “think thank del prohibicionismo”.

La organización, presenta una misión en la cual se establece que el cannabis y el tabaco son drogas comunes en todo el mundo y se utilizan a menudo en combinación a través de diferentes vías de administración. En nuestro medio, el Cannabis se consume habitualmente mezclado con tabaco, fomentando y potenciando la capacidad adictiva de ambas sustancias, siendo el porro el paradigma de uso simultáneo de dos drogas psicoactivas y adictivas. Así, mientras aseguran promover unas actitudes “sanas”, plantean la teoría de la “puerta de entrada inversa”, pensamiento según el cual no se comenzaría fumando tabaco, si no la mezcla de cannabis y tabaco. Este consumo luego pasaría solo a fumar tabaco, desencadenando una escalada hacia la dependencia de la sustancia.

Encontramos una referencia a su fecha de fundación en una de las organizaciones que la impulsan, el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), según el cual, ÉVICT fue fundado en enero de 2015. En la página web de la entidad, podemos encontrar una larga lista de personas que la articulan. Por una parte, el órgano gestor, por otra, un nutrido grupo de trabajo, con especialistas psicólogos, médicos, enfermeras y profesores de distintas universidades, todos relacionados de un modo u otro con el tabaquismo. También figura una enumeración de colaboradores, asesores y grupos de “profesionales de apoyo”. Entre las decenas de personas que figuran en estos documentos, localizamos varios nombres conocidos, grupos de prevención de riesgos, incluso asociaciones cannábicas que parecen sustentar el discurso de la entidad, como Charas en Madrid (cerrada desde hace cuatro años) o la Federación de Asociaciones de Usuarios de Cannabis de Euskadi (EUSFAC).

La página web también muestra un mapa localizador de profesionales, en el que encontramos a nuestro antiguo compañero, el doctor Caudevilla Gálligo. Un localizador muy útil, que permite localizar entre los colaboradores al señor Joan Ramón Villalbí Hereter, delegado del gobierno en el PNSD. Por último, la página de las entidades financiadoras, donde solo figura el PNSD.

Cannabis.es ha podido saber que también recibe el apoyo de ciertas universidades, tales como Universidad de Salamanca, de Zaragoza, de La Rioja, de Alcalá, Universitat de Barcelona, de Murcia y del País Vasco (UPV/EHU), donde han llevado a cabo actividades formativas e informativas sobre su proyecto. Cabe destacar que, entre los enlaces que proponen “de interés” podemos ver al Instituto Hipócrates, conocido centro de desintoxicación que propone tratamientos que pueden llegar hasta más allá de los 10.000 euros.

Argumentos en Twitter

La publicación en la red de microblogging Twitter planteó una serie de razonamientos que emanaban de los informes y acervo de ÉVICT, condensando sus informes (algunos de cientos de páginas), propaganda y otras documentaciones. Estructurados según la fórmula de “desmentir mitos”, se publicaba un supuesto y su contestación contraria, por ejemplo:

Mito: Los jóvenes consumen Cannabis porque está prohibido. Si se legalizara se consumiría menos. Realidad: En el consumo influye la facilidad para conseguir sustancia y el grado de aceptación social de la misma”.

PNSD en Twitter

Mito: Fumar Cannabis resulta menos perjudicial que fumar Tabaco. Realidad: El cannabis contiene muchos de los carcinógenos del tabaco y en mayor cantidad. La forma de consumirlo tiene efecto broncodilatador y aumenta el riesgo de padecer cáncer.”

PNSD

Mito: El Cannabis tiene efectos terapéuticos, por lo que no debe ser malo fumarse un porro de vez en cuando. Realidad: Los usos médicos del cannabis se realizan de manera controlada y no tiene nada que ver con su uso recreativo.”

PNSD

La pandemia parece haber agitado esta organización durante el confinamiento, ya que el último informe presentado data de 2015. Sin embargo, hace pocas fechas que comenzaron a promover campañas informativas con vídeos en Youtube e Instagram, donde algunos jóvenes proponían más fórmulas parecidas a las que hemos comentado arriba. Un enfoque con los mismos argumentos que ya tuvieron lugar en el simposio sobre cannabis de Catoira de 2019, donde la organización apareció para dar a conocer sus teorías.

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