Cerrar
Las políticas cubrirían los vacíos preventivos de las asociaciones

Las políticas cubrirían los vacíos preventivos de las asociaciones

Arnau Alcaide

Las asociaciones cannábicas presentan vacíos en su objetivo de prevención de riesgos y daños en el consumo de cannabis. Estos vacíos se podrían cubrir con políticas de drogas innovadoras que actualizasen el potencial de las asociaciones civiles como las proveedoras directas del servicio de reducción de riesgos y daños.

Un equipo multidisciplinar de investigación antropológica con especialidades como la filosofía, la etnobotánica, la política de drogas o la exclusión social continúa la investigación en asociaciones cannábicas o Cannabis Social Clubs (CSC), el término común para la investigación en inglés. Anna Obradors, José Carlos Bouso y José Oriol Romaní acompañan al ya conocido en Cannabis.es, Òscar Parés, investigador del origen catalán del modelo de asociaciones que ha documentado después su extensión por Europa y mejoras a la metodología de aproximación.

En esta ocasión, el estudio corto, titulado Reducción de Daños y clubes sociales cannábicos: explorando su verdadero potencial, selecciona a 15 asociaciones cannábicas componentes de la Federación Catalana de Asociaciones Cannábicas (CatFac) para conducir una encuesta online «sobre la presencia o ausencia de prácticas de reducción de daños». Su objetivo es «entender mejor qué prácticas de reducción de riesgos y daños existen en los CSC y cómo de extendidas están».

Del análisis breve de la información recabada, destacan que «hay importantes vacíos en los mecanismos actualmente instaurados para alcanzar la reducción de riesgos y daños». En este sentido, «no están disponibles de modo universal métodos más seguros o alternativos de consumir», ni hay una «amplia familiaridad con recursos externos para miembros de la asociación con problemas de salud».

También destacan que a la mayoría de asociaciones les falta «el testado del cannabis en un laboratorio». No obstante, las personas asociadas con una condición médica están «en clara ventaja» respecto del resto en la prioridad de la atención. Como resultado, las asociaciones encuestadas mostraban vacíos proveyendo información de reducción de riesgos y daños, ofreciendo contacto sanitario al grueso de personas asociadas y analizando el cannabis en el laboratorio.

En tales circunstancias, «las políticas de drogas deberían ser capaces de desarrollar nuevas estrategias que apoyen la reducción de riesgos y daños en los CSC», desde su «potencial» actual hasta su «capacidad» efectiva. Esta es precisamente la discusión que deja abierta el estudio, que «para poder alcanzar satisfactoriamente su tarea de reducción de riesgos y daños, las asociaciones cannábicas tienen que abordar los vacíos en sus prácticas». El apoyo institucional con políticas públicas podría ser un «factor clave para actualizar su potencial». Piden más investigación sobre la relación entre la organización y los factores estructurales del contexto de las asociaciones cannábicas (la prohibición), así como de sus prácticas de reducción de riesgos y daños, para mejorar la función de estas asociaciones.

Terminología: hacia la gestión de placeres

Del inglés, Harm Reduction, literalmente Reducción del Daño, incluye también conceptualmente, aunque no de forma explícita, la reducción de riesgos como parte de la terminología científica común. Pero se debería llamar gestión de placeres, el término sin estigma; no obstante, se queda atrás por la falta de encaje legal, que sí se da en la terminología actual dentro de las políticas sanitarias.

Cerrar

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información

ACEPTAR
Aviso de cookies
¿Eres mayor de edad? Este sitio web requiere que tengas 18 años de edad o más. Verifique su edad para ver el contenido.