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El uso ritual de cannabis refuerza los vínculos comunitarios

El uso ritual de cannabis refuerza los vínculos comunitarios

Comunicado Iceers/ Arnau Alcaide

El cannabis (Cannabis sativa) es una planta con una rica historia de usos médicos, recreativos y espirituales. En un reciente artículo científico, publicado en la prestigiosa revista International Journal of Drug Policy, se exploraron los rituales donde se consumen psicoactivos como métodos de uso controlado por la comunidad que ayudan a mantener una relación saludable con la naturaleza y el entorno.

El trabajo de campo etnográfico se llevó a cabo en una comunidad fenomenológica de la Cataluña rural llamada País de las Maravillas, como parte de una tesis doctoral en Antropología Médica y Salud Global en la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona (España). La comunidad, dispersa por unas montañas, tiene cinco habitantes fijos a fecha del estudio, pero cuenta con un centenar de personas que acuden cada mes de las proximidades u otras partes de España, así como con otros tantos que lo hacen de forma menos regular. Esta comunidad se gestó a mediados de los años 90, cuando cuatro mujeres se trasladaron con sus hijos a una casa abandonada en la cima de una montaña de la Cataluña rural.

Consumir cannabis en un contexto ritual puede generar efectos beneficiosos individuales y comunitarios

A través de procedimientos de investigación etnográfica, como el trabajo de campo, la observación participante, las entrevistas en profundidad y el análisis cualitativo, el equipo dirigido por la doctora Maja Kohek, investigadora asociada de ICEERS, estudió una comunidad fenomenológica de la Cataluña rural, donde plantas psicoactivas ancestrales como la ayahuasca y el cannabis se utilizan regularmente en un contexto ritual.

Este estudio muestra que los rituales constituyen técnicas eficaces de reducción de daños y que incluso pueden generar efectos beneficiosos tanto para el individuo como para la comunidad, al reforzar los vínculos entre sus miembros, en lugar de implicar una dependencia o adicción a las drogas.

Políticas de drogas: reconocer el consumo espiritual y en comunidad

Aunque las políticas internacionales sobre drogas y la lista de sustancias fiscalizadas afirman basarse en pruebas científicas, las evidencias resultan limitadas. El enfoque contemporáneo en los riesgos y daños de las drogas pasa por alto realidades importantes, como los beneficios de su uso no problemático. En consecuencia, es importante que estas políticas tengan en cuenta los hallazgos científicos en el campo de la etnografía en relación con las dimensiones espirituales y comunitarias del consumo de drogas.

Según los autores del estudio, «las agencias internacionales y los gobiernos nacionales están abordando el uso de drogas dentro de un marco de control de estupefacientes, que asume que las sustancias psicoactivas son intrínsecamente dañinas para los individuos y las sociedades, reduciendo las plantas tradicionales y los rituales que las acompañan a meros compuestos psicoactivos en términos de sus daños potenciales, mientras que no consideran sus potenciales beneficios para los individuos y las comunidades, incluyendo su papel como potenciadores de la cohesión comunitaria».

De acuerdo con el estudio, el uso ritual de plantas o compuestos psicoactivos adquiere un significado simbólico para el individuo y una función formativa para la comunidad. Por ello, «es necesario un diálogo entre los científicos, los proveedores de atención sanitaria, los políticos y otros miembros de la sociedad con el fin de encontrar soluciones para la integración de las plantas psicoactivas ancestrales en la sociedad».

Las prácticas rituales del País de las Maravillas

La comunidad ha desarrollado sus propias prácticas espirituales mezcla de tradiciones ancestrales y tribales con la rutina de la plegaria cristiana, y reconoce una Santa María a modo de reivindicación del uso ritual versus el meramente lúdico, que es considerado profano. «La planta de cannabis se conoce como Santa María para distinguirla del uso profano del cannabis y restaurar su valor sagrado. Según las creencias de la comunidad, Santa María despierta la energía femenina y da instrucciones de cómo vivir una buena vida si se sabe usarla y compartirla con una clara intención. Cuando se usa Santa María, hay que dedicar tiempo solo a este propósito y preferiblemente usarlo en un entorno grupal. No se debe fumar mientras se realizan tareas de rutina diaria o por aburrimiento. El foco debe estar en la planta, porque uno no puede recibir los mensajes que transmite si está haciendo otra cosa mientras tanto», explica el estudio, que recoge un testimonio señalando la diferencia con el uso recreativo, que descartan.

Las sesiones con Santa María ocurren todos los días y, si son por la mañana, leen y, por la tarde, cantan. También comparten preguntas, problemas y buscan respuestas dentro de ellos mismo. Una vez al año, hacen la Navegación Mariana, un ritual de seis días en el que no solo fuman, sino que toman un brebaje tradicional de la India con cannabis para adentrarse en el bosque solos en una reflexión más profunda sobre ellos mismos, recreando una tradición nativa americana.

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