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Slow Fashion, la moda respetuosa que teje con cáñamo

Slow Fashion, la moda respetuosa que teje con cáñamo

Benito Díaz

El cáñamo se está revelando como la fibra más versátil, frente a otras fibras textiles tales como el algodón. Este cultivo milenario se adaptó anteriormente a otros cientos de necesidades distintas que pueden aprovechar su fantástico potencial, su bajo coste y sus propiedades biodegradables.

En otras ocasiones, hemos podido comprobar cómo el cáñamo es útil y eficiente desempeñando un sinfín de usos tales como la fabricación de papel, bioplásticos, materiales usados en fabricación de automóviles o en las baterías recargables de modelos eléctricos.

La industria textil es una de las que más tradición posee a la hora de manipular la materia prima del cáñamo. Con la regulación del cannabis en muchos lugares del mundo, grandes marcas de moda han traído lemas pro-marihuana en sus camisetas y estampados más atrevidos. Incluso las hay que, con intenciones más serias que la mera provocación, han apostado fuerte por la llamada “fibra estándar del mundo”. Su mensaje está orientado hacia una industria sostenible y productos que ayuden a mejorar la calidad de vida en el planeta.

Nos referimos a las empresas que, bajo el lema del Slow Fashion, han lanzado al mercado distintas prendas elaboradas con tejidos sostenibles y que adoran el cáñamo.

Slow Fashion

El término Slow Fashion fue acuñado por la profesora de Sostenibilidad, Diseño y Moda del Centre for Sustainable Fashion de Londres, Kate Fletcher, en el año 2007. Slow Fashion trata de mostrarse como la antítesis de la Fast Fashion o moda industrializada, promoviendo la transparencia en los procesos de producción, la trazabilidad de las prendas y el uso responsable de los recursos naturales.

Este movimiento ganó peso tras la tragedia sucedida en Bangladesh en 2013, cuando una fábrica del gigante multinacional Inditex colapsó, matando a más de 1100 personas. La falta de derechos y de seguridad de aquellas personas hizo reflexionar a una parte de la población, que prefirió elegir ropa proveniente del comercio justo y las tiendas de segunda mano.

La filosofía del Slow Fashion, opuesta a la megaproducción industrial, apuesta por el consumo responsable de ropa, concienciando a los compradores del impacto que conlleva la producción masiva, que utiliza en muchas ocasiones productos químicos perjudiciales en sus lavados y entintados, a la vez que sus residuos ocasionan severos trastornos en el ecosistema.

Los materiales avalados por el Slow Fashion suelen ser productos tradicionales cuya obtención reduce al mínimo la huella ecológica y responsables con el entorno. El cáñamo, fibra sostenible, versátil y biodegradable, se encuentra en el primer puesto de la lista.

Entre las cualidades de los tejidos elaborados con cáñamo encontramos su legendaria estabilidad y durabilidad. No en vano las velas que impulsaron las Tres Carabelas de Colón estaban realizadas con este material.

La tela de cáñamo absorbe mejor la humedad que la de algodón y su capacidad térmica la hace más fresca en verano y cálida en invierno. Con ella se obtienen telas de alta resistencia, finas o para trabajo, lo que la hace ideal para tejer calcetines, zapatos de lona, alpargatas, bolsas, alfombras y un sinfín de productos textiles. Además, por su cultivo y tratamiento ecológico, está indicada para personas con pieles sensibles.

Marcas

El cáñamo como fibra textil ha sido uno de los cultivos más explotados de la historia, muy extendido por todo el mundo hasta principios del siglo XX, cuando entró en vigor la prohibición del cannabis. Existen quienes aseguran que la creación de productos plásticos sustitutivos, provenientes del petróleo, supuso la constitución de un lobby que tuvo mucho peso en la toma de decisiones, sobre todo en Estados Unidos.

Las plantaciones de cáñamo desaparecieron. No volverían hasta principios del año 2000. Un año antes, The Hemp Trading Company se estableció en Londres, dando lugar a una compañía especializada en ropa ecológica. Esta empresa ha estado desde entonces a la cabeza del uso del cáñamo y es una de las diez empresas de UK premiada por su consumo ético y responsable.

Los primeros vaqueros de Levi Strauss fueron fabricados con cáñamo, comenzando así una larga relación con el tejido denim. Esta empresa trabaja en la actualidad con el lanzamiento al mercado de su colección Levi’s Spring / Summer Wellthread x Outerknown, en la cual utilizan cáñamo tratado para dar el aspecto de algodón.

Otras empresas muy reconocidas como Armani, Gucci, Stella McCartney o Calvin Klein, utilizan cáñamo en sus diseños. Las marcas Vans y Adidas también se suben al carro de la moda sostenible para sus zapatillas y zapatos.

Estas famosas empresas, sin embargo, no llegan a la especialización en este tejido que sí alcanzan otras, tales como Tuffery o Cannabis Jeans en la producción de vaqueros, Nomads Hemp Wear en ropa de aventura u otras etiquetas textiles tales como Hempy´s, Hoodland, Jungmaven, Seeker, Reactor, entre otras, todas ellas destinadas al “Street Wear” y al público joven.

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