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Teresa Garnatje, Directora del Botànic de Barcelona: “Deberían agilizarse los permisos para hacer más investigación con Cannabis”

Teresa Garnatje, Directora del Botànic de Barcelona: “Deberían agilizarse los permisos para hacer más investigación con Cannabis”

Benito Díaz

El Institut Botànic de Barcelona (IBB), instituto mixto del Ayuntamiento de la ciudad y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), lanza el proyecto de investigación “Origen, Variabilidad Morfológica, Genética y Química, y Usos Tradicionales del Cannabis: Bases para Nuevas Aplicaciones”, un estudio que pretende alcanzar y explicar los orígenes de la planta, así como sus usos tradicionales y posibles aplicaciones médicas.

El IBB fue fundado en 1932. En 1986, se constituyó como centro asociado y en 1998, se firmó un acuerdo con el Ayto de Barcelona, convirtiéndose en centro mixto. Sito en el Parque de Montjuïc, está considerado como el segundo centro botánico de nuestro país, comprendiendo una colección de alrededor de 800.000 pliegos de herbario, junto a colecciones como la del Gabinete de Salvador, incluyendo fósiles, conchas, semillas, productos animales y vegetales diversos, así como una biblioteca especializada y un centro de investigación dividido en tres sectores, que incluyen biodiversidad y evolución de plantas, diversidad vegetal, evolución del genoma y etnobotánica, así como “colecciones, flora y vegetación”.

Charlamos con la directora de la institución, a su vez, científica titular del CSIC e investigadora principal del estudio, Teresa Garnatje.

El Proyecto

“La idea de investigar el Cannabis no fue nuestra. Una empresa nos contactó y nos propuso elaborar un Atlas que incluyera toda la diversidad mundial de Cannabis, desde distintos puntos de vista, genética, morfológica, etcétera. A partir de ahí, desarrollamos un proyecto para llevar a cabo esta investigación”, comenta la investigadora.

Garnatje enumera las distintas partes del análisis, por ejemplo, el estudio global del Cannabis por su variabilidad. “Se ha realizado una primera parte que incluye los usos tradicionales del Cannabis. Las conclusiones se han enviado para su publicación y aparecerán en la revista Database, confiamos, en breve”.

La científica dice “usos tradicionales”, refiriéndose a cómo usan la planta en la actualidad o en el pasado en distintas partes del mundo. “Después, tenemos la parte de la variabilidad, que incluye muestreos de Cannabis alrededor del mundo, para ver qué diferencias morfológicas (de forma) pueden tener las plantas, pues no está claro todavía el rango de variabilidad dentro de la propia especie del Cannabis. La investigación podrá determinar si se alcanza esta diversidad morfológica, química, por si los compuestos que la forman varían de una especie a otra, si es silvestre o subespontánea, esto es, que pudiera haberse salido de un cultivo cercano y haberse “asilvestrado”. También queremos medir la variabilidad genética, analizar todas estas plantas venidas de distintos sitios. Y al final, queremos saber también si todas estas posibles variedades tienen efectos distintos sobre ensayos in vitro de Cáncer”, explica Teresa Garnatje. Cada una de estas áreas, concluimos, tiene un objetivo distinto.

El estudio cuenta con la colaboración de más de una decena de investigadores del IBB y de la Universidad de Barcelona. Además, cuentan con la cooperación de la Université de París-Saclay y empresas privadas. “En nuestro proyecto también contamos con científicos que van a llevar a cabo las investigaciones sobre in vitro de Cáncer, que pertenecen a otras instituciones, como el centro tecnológico de Leitat.org, por ejemplo”. Garnatje nos explica que consiguieron financiación gracias al Ministerio de Ciencia e Innovación, antes Ministerio de Economía, Ciencia y Competitividad, a lo que habría que sumar aportaciones de empresas privadas.

El Origen del Cannabis

No perseguimos conocer el origen del Cannabis en el momento exacto de su aparición, en el sitio concreto. En otras plantas silvestres, lo que determinamos es cuál es su posible origen, es decir, dónde se originó. Fue en Asia Central, fue Rusia, o dónde, no está claro en el caso del Cannabis. Cuando pensamos en el origen biológico, no estamos contemplando el tiempo de forma no-histórica, pues necesitamos lapsos mucho más grandes, mucho más extensos. El Cannabis tiene el problema añadido de que es una planta que ha sido muy cultivada, muy mejorada. Esto lo complica un poco, estamos intentando abarcar un muestro muy amplio de las zonas que contienen plantas silvestres o casi silvestres para examinar la posibilidad de un origen”, aclara la investigadora.

Etnobotánica

La ciencia interdisciplinaria que estudia el uso que los seres humanos hacen de los recursos vegetales que les rodean, en el caso del Cannabis y del proyecto del IBB, es interesante pues supone “volver al futuro”. “Analizamos el pasado partiendo de estos conocimientos tradicionales para adaptarlos y conseguir frutos para el futuro. ¿Qué podemos aprender de estos conocimientos ancestrales? ¿Podemos encontrar nuevas líneas de investigación? Por ejemplo, si en Nepal se usa Cannabis en infusión para el tratamiento de la gastroenteritis, creo que podrían abrirse vías de investigación sobre este posible uso para enfrentar estos trastornos digestivos”, relata Garnatje. Esta búsqueda, no solo incluye la faceta medicinal, si no que ahonda también en las aplicaciones del Cáñamo, como alimento, textil, material de construcción, etcétera. “Cáñamo o Marihuana, vamos a investigar toda la variabilidad existente”.

Bajo licencia

La investigación, cuenta con una de las pocas licencias para la investigación del Cannabis que otorga la Agencia Española del Medicamento. “Hay mucha burocracia con la Agencia, todavía estamos tramitando algunos de los permisos que necesitamos. Debido al carácter de nuestra investigación, de la multitud de localizaciones a las que accedemos, a lo que hay que añadir los papeles a nivel internacional, que son muchos. Ha tenido que intervenir la embajada española en China, ha tenido que intervenir el ministro en Serbia… es muy complicado trabajar con Cannabis. Parece que tendría que estar todo muy regulado, pero no es así”.

Garnatje apunta de esta manera, algunas de las dificultades que se interponen entre los científicos y su objeto de estudio. “Parece que las autoridades saben muy bien qué hacer cuando el Cannabis es ilegal. Las fuerzas de seguridad saben qué hacer cuando encuentran una plantación de Cannabis ilegal, pero el problema es que no saben qué hacer cuando trabajamos con el Cannabis de forma legal. Somos investigadores, no vamos a consumir ese Cannabis, no vamos a comerciar con él. Entonces, claro, ¿cómo pides un permiso para desplazarte con muestras de Cannabis? ¿Cómo sacas las semillas de un país para hacer investigación? Todo esto es muy difícil, por ser Cannabis y porque no acaban de entender que, si hallan un tubo de ensayo con ADN de Cannabis, no se puede hacer nada con eso. No lo vamos a consumir de ninguna manera, no se entiende que esto deja de ser una droga para convertirse en un mero objeto de estudio. Creo que hay un error de concepto y de legalidad para tratar estos trabajos”. A estos obstáculos, señala, habría que sumar la situación de Pandemia, que complica aún más si cabe su labor.

Desde mi perspectiva, creo que el Cannabis es una planta que hay que dedicarle investigación. Ha sido muy utilizada de forma tradicional, por lo que hay una cultura formada alrededor de esta planta. Pienso que hay que invertir en estudios de posibles aplicaciones medicinales y otras. También pienso que todo va “por modas”, es decir, de golpe parece que el Cannabis va a solucionar todos los problemas de la humanidad y todo el mundo se ha apuntado al carro de los estudios de la Marihuana. En mi opinión, es importante que se investigue, ésta y otras muchas plantas, lo que pasa es que, en este caso concreto, hay muchos negocios ya montados alrededor, como no pasa con otras plantas que no tienen tantos usos o que no tienen usos lúdicos. Es distinta la importancia que se le da, incluso en el ámbito de lo económico, comercial o de negocio, que es por lo que muchos se inclinan por este tipo de investigación”.

Teresa Garnatje, opina también que se deberían regular los usos del Cannabis, también, agilizar los permisos, posibilidades de investigación, etc, permitiendo así el acceso de botánicos experimentados en recolecciones de campo extensas y minuciosas, dado que no todos los científicos se internan en el campo para conseguir sus muestras y solo recurren a las variedades comerciales que les pueden proporcionar en cualquier sitio.

Más información sobre el Institut Botànic de Barcelona, en su página web.

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