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Carl Hart defiende el «placer» y la «felicidad» en el evento complementario del CND2021

Carl Hart defiende el «placer» y la «felicidad» en el evento complementario del CND2021

Benito Díaz

La celebración de la 64 sesión de las Naciones Unidas sobre Drogas y Narcóticos en Viena trae consigo una serie de eventos complementarios, en los que especialistas y representantes discuten sobre políticas de drogas. En esta ocasión, pudimos asistir a la conferencia celebrada de mano del Instituto Ria (México) en la que participaron Zara Snapp, Julián Quintero (Colombia) y el neurocientífico Carl Hart.

Julián Quintero, sociólogo por la Universidad Nacional de Colombia, escritor del libro “Échele Cabeza”, dio la bienvenida a los asistentes. Este año, a causa de la Pandemia de Coronavirus, los actos de esta asamblea de la ONU tuvieron que llevarse a cabo por vía telemática. Así, Quintero abrió la sesión llamando a la solidaridad con las víctimas y afectados por el COVID 19.

La conversación fue dirigida por Zara Snapp, representante de la entidad organizadora, el Instituto RIA de México. Politóloga por la Universidad de Colorado en Denver, es cofundadora del Instituto y trabaja activamente en políticas de drogas en foros internacionales como la ONU o la Organización de Estados Americanos (OEA). Destacar su papel en la coalición transnacional Regulación por la Paz.

Por último, en palabras de sus compañeros de mesa, “la persona a la que veníamos a escuchar”, el psicólogo y neurocientífico norteamericano, Carl Hart. Primer profesor de ciencias de la Universidad de Columbia afroamericano, la carrera de Hart le ha convertido en parte del “star sistem” de la ciencia cannábica, al especializar su investigación en el abuso y adicción a las drogas. Excelente escritor y comunicador, algunas de sus obras son ya una referencia a nivel mundial sobre estos temas, siendo su última presentación “Uso de Drogas para Adultos”, la que da título a esta reunión.

Uso de drogas en adultos

Quintero realizó una pequeña enumeración de lo que significa ser una persona adulta y elegir tomar sustancias psicoactivas, entendiéndolo como un sentido de responsabilidad, de disfrute del tiempo libre de forma segura, atención a la funcionalidad de esa persona, autocuidado frente a las posibles consecuencias negativas, análisis la propia conciencia, precaución en la dosificación y gestión de placeres. “Consumo no es sinónimo de dependencia o adicción”, señaló el sociólogo. Afirmó el fracaso de las Políticas de Drogas actuales que llevan a las personas consumidoras a encerrarse en un “Closet Psicoactivo”, ocultando sus preferencias ante el público, por miedo o vergüenza. Animó a los participantes a revisar el manifiesto “Échele Cabeza” y trasladó a Hart la labor de lanzar algunos mensajes a los legisladores y a los adultos más jóvenes y primerizos en el campo de la experimentación con sustancias.

Invitaría a los jóvenes a pensar en cosas en términos de igualdad, a reclamar justicia. Hay policía en las calles aplicando leyes de drogas fallidas, que cuestan sufrimiento y vidas humanas. Por ejemplo, el caso George Floyd, joven negro asesinado por la policía por una pequeña infracción con marihuana. Es absurda la persecución de las personas que solo buscan alterar su consciencia con sustancias químicas. Espero que los jóvenes defiendan una regulación que se oponga a esta ridícula situación, para que la gente pueda escoger alterar o no su pensamiento”, explicó el neurocientífico. Hart también apuntó que vivimos en un momento de apertura, en el que las personas buscan cada vez más ayuda en temas de “Reducción de Riesgos” y ya se puede encontrar a más gente hablando y publicando información, lo que conlleva más seguridad.

Guerra contra las Drogas

En México nos preocupa mucho el tema del coste de vidas que trae la aplicación de la Guerra contra las Drogas por parte de las autoridades, con ejecuciones extrajudiciales relacionadas con ventas a pequeña escala, o vidas truncadas por la persecución al elegir alterar la propia consciencia”, declaró Zara Snapp. “Sobre todo, nos inquieta el apoyo que algunos líderes nacionales, presidentes, que defienden estas medidas, por tanto, las intervenciones duras y los asesinatos”.

Hay líderes mundiales involucrados de forma profunda en la Guerra contra las Drogas, cuyas actuaciones cuestan miles de vidas. Además, desde una perspectiva hipócrita, como por ejemplo, Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas, cuyas medidas sanguinarias se han aplicado a pesar de haber reconocido que él fue un abusador de opiáceos”, aclaró Hart. “Deberíamos acabar con el excepcionalismo en las drogas. No existe una ‘droga buena’ y una ‘droga mala’. Todas son sustancias químicas que interactúan con el cerebro para alterar la percepción de la realidad. El excepcionalismo solo lleva al acoso de unos consumidores y a otros no, a unas sustancias si y a otras no”.

Ciencia manipulada

Snapp señaló que, en el marco de las conferencias de la 64 Sesión de la CND, habían tenido que enfrentarse con informes científicos que podrían haber sido manipulados en cierta medida para ofrecer resultados convenientes. La pregunta fue cómo el público podría distinguir un estudio manipulado.

Todos los estudios sobre sustancias de consumo están financiados de alguna manera, por entidades del Estado o por compañías privadas. Si estas sustancias fueran tan malas, por ejemplo, la Cocaína, estaría prohibido invertir en su investigación, de forma tajante”, afirmó el profesor. “La gente debe entender el aspecto del comportamiento de las personas del estudio, qué tan bien pueden desenvolverse las personas parte del experimento. ¿Es su vida normal, pueden funcionar como otras personas de su edad, de su experiencia? También es llamativo que estos estudios suelen estar presentados por personas no-consumidoras o que pretenden no mostrarse como tales. ¿El estudio presenta solo los aspectos negativos, habla de las condiciones sociales, de los resultados de las políticas de drogas?”, interrogó Hart. “Incluso hay investigadores que equiparan los datos obtenidos sobre animales con los obtenidos con humanos, por ejemplo, los datos de neurotoxicidad, lo cual es un enorme engaño. Un humano jamás tomaría una dosis tan elevada como la que pueden suministrar unos investigadores a un animal de laboratorio. Hay que tener cuidado con la información sesgada”.

Rendición de cuentas

No hay atajos para desmantelar las estructuras socioeconómicas, las cuestiones raciales y los contextos legislativos a la hora de hablar de autoconsumo o leyes de drogas. Tiene que venir de la exigencia de la gente, lo cual suele significar el sacrificio de algún aspecto de la vida privada, exponerse, reconocer la experiencia y la opinión propia”, dijo Hart. “Los líderes de opinión sobre drogas no salen del armario, no arriesgan nada. Hay que pedir responsabilidades a los políticos, presionar a los periodistas, decirle a esa gente que no sabe de lo que está hablando, rendir cuentas como hicimos con el movimiento Me Too en EEUU. Si no pedimos estos mínimos, no podremos cambiar nada y la gente seguirá siendo estigmatizada, yendo a prisión o muriendo”.

Cambio de términos

¿Cómo llegamos al manejo de la responsabilidad necesaria para alcanzar la felicidad? Uno tiene el derecho de buscar el placer o la felicidad. No podemos garantizar que los encuentre, pero sí a que pueda buscarlos, dentro de unos límites, sin molestar a los demás”, expuso Hart. “Se trata de un proceso dinámico y hay que comprender que, en una experimentación, se cometen errores. Para eso existen las redes de seguridad, que, sin embargo, pueden no existir, estar sumidas en la oscuridad, siendo un grave peligro para las vidas de esas personas. En estos ámbitos, se suele hablar de ‘Reducción de daños’. Es fantástico lo que hemos conseguido hablando en esos términos, pero creo que se deben cambiar, pues de esta forma siempre se equiparan ‘drogas’ a ‘daños’, lo que induce a pensar que el consumo de sustancias siempre tiene efectos nocivos y negativos. Debemos desterrar ese término, cambiarlo, quizás por “Búsqueda de Placer y Felicidad”. En muchas ocasiones, ya no se trata de huir del dolor, sino de buscar esa comodidad, esa intimidad, ese momento para uno mismo, de disfrutar con los amigos. Debería estar bien disfrutar del placer, pasarlo bien. Que la gente sea feliz es algo bueno, no algo malo”.

Quintero finalizó las preguntas con una petición para no hablar de la cuestión de las drogas “en tercera persona”, que los profesionales se reconozcan de vez en cuando también como consumidores, ayudar a quitar el estigma. Hart concluyó reclamando más seguridad y reconociendo que consumir cualquier sustancia puede entrañar riesgos. Sin embargo, “hay mucho más daño en las regulaciones de drogas actuales, que, en una posible regulación futura, a la luz de lo que sabemos hoy”. Zara Snapp despidió la reunión, recordando que el último libro de Hart aparecerá en castellano este verano de 2021.

Más información sobre las actividades del Instituto RIA en su página web

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