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La cienciología contra la verdad sobre las drogas

La cienciología contra la verdad sobre las drogas

Benito Díaz

La Iglesia de la Cienciología, reconocida por el Gobierno español con el status de religión en 2007, intenta extender su influencia en la sociedad a través de supuestas obras caritativas. La campaña de publicidad “La Verdad Sobre Las Drogas” a través de su filial “Fundación Por un Mundo sin Drogas”, difunde material con información sesgada, contradictoria y falsa al respecto del cannabis, con datos sin actualizar desde hace más de 15 años.

La página de la supuesta Fundación por un Mundo Sin Drogas (FMSD), con dominio Noalasdrogas.es, aparece como un lugar web bien construido, con mucho diseño e información distribuida en pestañas. Descubrimos que se trata de una página explicada en una veintena de idiomas y que, desde ahí, es posible acceder a una gran cantidad de panfletos, carteles y videos “documentales”, así como a “formación gratuita online”. Nos encontramos frente a la campaña publicitaria “La Verdad Sobre las Drogas” que esta ONG pretende hacer llegar a la mayor cantidad de personas posible.

El plan está distribuido en distintos panfletos que revisan cada de las drogas de uso mayoritario. Éxtasis, Heroína, LSD, Crack, genéricos como “fármacos con receta” o “Drogas de sintéticas” son algunos ejemplos, incluyendo a la Marihuana o al Alcohol, que, de forma paradójica, es malo, pero menos malo que otras cosas, como veremos más adelante.

Fundación por un Mundo sin Drogas

Uno de las posturas de la IC, es la oposición frontal contra las drogas y su consumo. A ese respecto, la IC lleva décadas llevando a cabo actividades a través de FMSD, en las que presumen de colaborar con gobiernos y otras organizaciones sin afán de lucro. De esta forma, aseguran en sus videos promocionales que sus campañas han sido aceptadas y distribuidas por importantes medios de comunicación, tales como ABC (Disney+, Hulu), FOX (Fox News), ELTA TV o Televisión Española, sin que ninguna de ellas lo haya corroborado.

La Fundación por un Mundo sin Drogas es una corporación para el beneficio público y sin ánimo de lucro que proporciona a jóvenes y adultos información basada en hechos acerca de las drogas de modo que puedan tomar decisiones informadas y tener una vida sin drogas”, explica la FMSD en un apartado.

Tras jactarse de recibir alabanzas por parte de instituciones como el Ayuntamiento de New York, el gobierno de Indonesia o el de México, refieren a sus materiales didácticos, al parecer, redactados en un estilo joven para que sean ellxs los que tomen las decisiones a partir de ciertos hechos, concebidos como “la verdad”. Aunque en ocasiones no puede sino observarse que se trata de una traducción apresurada directa del inglés, el mensaje se entiende de forma clara. “Mediante una red mundial de voluntarios, se han distribuido 56 millones de folletos educativos y se han llevado a cabo decenas de miles de eventos de concienciación sobre las drogas en 120 países y se han transmitido anuncios de servicio público de La Verdad sobre las Drogas en 275 estaciones de televisión. Estos materiales y actividades han ayudado a la gente alrededor del mundo a enterarse de los efectos destructivos de las drogas y así, a tomar la decisión por sí misma de no consumirlas” reza otro texto de su web.

La realidad es que podemos encontrar organizaciones que despiertan distintos niveles de confianza entre las que apoyan a FMSD. Entre ellas, los Boy Scouts y una organización de aspecto paramilitar denominada “Los Panteras”, en México.

La “Verdad” sobre las Drogas

Los folletos constan de una media de 20 páginas, superándolas en varios casos. Al tratarse de al menos 15, solo analizaremos uno de ellos, eligiendo el que encontramos más cercano a nuestros temas, el del Cannabis.

Sus 25 páginas despliegan una buena cantidad de datos caducos, que se remontan a la década del 2000 para ofrecer porcentajes y datos sin mencionar en la mayor parte de los casos la fuente de la que provienen. “La Marihuana es una mezcla de hojas secas, tallos, flores y semillas de la planta del Cáñamo Índico. Tiene un color normalmente verde, marrón o gris”, expone el documento. “Los fumadores de marihuana tienen una memoria y una aptitud mental más pobres que los no-fumadores”, apunta el texto en otra parte, dando pábulo a un famoso prejuicio prohibicionista.

El Cannabis tiene unos 400 componentes químicos diferentes”, declaran en la Cienciología, sin entrar en más explicaciones ni detalles al respecto de esa composición química. En perspectiva, cualquier producto natural contiene una cantidad alta de componentes químicos, desde la lechuga, hasta un vaso de leche.

La generalidad parece ser un campo en el que los redactores de esta cuartilla se mueven con comodidad. “La gran mayoría de los adictos a la cocaína (el 99,9 por ciento) empezaron consumiendo primero ‘drogas de entrada’ como la marihuana, el cigarrillo o el alcohol”, asegura el texto, apresurándose en aclarar que no todos siguen ese camino.

Según el aumento de la tolerancia de la droga, la marihuana puede conducir a tomar drogas más fuertes para lograr el mismo efecto”, explican los cienciólogos, de nuevo en el fomento de la teoría de “puerta de entrada” y de “la escalada”. “Un estudio encontró que”, es otra de las muletillas empleadas con recurrencia, sin aportar ningún dato al respecto de la fuente.

Los porcentajes “ad hoc” tampoco les son ajenos a estos redactores, por ejemplo que “[…] el 60 por ciento de los chicos que fuman porros antes de los 15 años, empiezan a tomar cocaína”. Queda sitio para otra buena cantidad de estereotipos y falacias, como: “Varios estudios han mostrado la conexión entre uso continuo de marihuana y psicosis”.

Los testimonios ofrecidos por supuestas personas afectadas por las drogas, merecen un aparte en este folleto. No solo encontramos a las mismas personas dando testimonio en distintos videos, incluso interpretando escenas al más puro estilo Hollywood en medio de un montaje similar a un videoclip de música electrónica. Nombres sin apellidos ni ningún dato, que afirman cosas tales como, “me dieron mi primer porro en el recreo de mi colegio. Ahora soy un adicto a la heroína y acabo de finalizar mi octavo tratamiento de rehabilitación”, lamenta un tal “Christian”. “Yo empecé a consumirla en una fiesta, tras un reto de un “buen amigo” que yo era demasiado gallina como para fumar marihuana y beberme un litro de cerveza. Yo tenía catorce años por aquel entonces. Después de siete años de consumir drogas y beber, me encontré a mí mismo al final del camino siendo adicto. Ya no consumía más para sentir euforia, solo consumía para sentir alguna apariencia de normalidad”, asevera el testimonio de un tal “Pablo”.

En último lugar, podemos leer que, el profesor del colegio al que yo iba fumaba tres o cuatro porros diarios. Consiguió que muchos de los estudiantes empezaran a fumar porros, incluyéndome a mí. Él me incitó a usar heroína, lo cual hice sin resistencia. Para entonces fue como si mi consciencia estuviera realmente muerta”, enuncia esta narración firmada por una tal “Verónica”.

Los términos utilizados en este texto, dan lugar a contradicciones cuanto menos llamativas. Si bien por un lado parecen intentar dar posibilidades de elección, su tendencia es clara al respecto de un apoyo sin rendijas para la prohibición. No cabe otra elección, si es que se quiere contribuir al sonriente “mundo sin drogas” a través del fomento en los spots de la “Guerra Contra las Drogas”.

En otro momento, se establece una controvertida contienda en la comparación de “Alcohol Vs Marihuana”. El texto comienza con la sentencia “Tú decides. Aquí están los hechos”. El argumento esgrimido en este caso es que el alcohol solo consiste en una sustancia, mientras que el cannabis está compuesto de 400. “El alcohol se elimina del cuerpo en unas pocas horas, pero el THC se queda en el cuerpo durante semanas”, aclara el texto antes de declarar que “el THC daña el sistema inmunológico. El alcohol no lo hace”. Tras esto, ratifican con premura que no tienen la intención de minimizar los daños por el consumo de alcohol.

El acceso a material actualizado, con algo menos de 15 años detrás, solo está disponible si nos registramos en la página y desplegamos la opción de formación. También en este caso, se trata de una formación específica para cada sustancia, al menos ofrecida de forma gratuita. Una vez suministrados nuestros datos personales, podemos continuar a una serie de preguntas al respecto de lo visto en los “documentales” y conseguir un certificado que atestigua nuestro conocimiento de sus “verdades”.

Dentro, se habla del “dab” y de los comestibles de Cannabis. Incluso hay un apartado para el aspecto medicinal, contra el que también carga la FMSD, “debido a que la marihuana se comercializa a veces como medicina, la percepción de la droga ha cambiado. Pero los hechos básicos sobre la marihuana no han cambiado sólo porque es comercializada como una “medicina”. Y mientras que el debate sobre la legalización prosigue, el que sea legal no asegura que sea segura”, asevera tras ofrecer una serie de datos sin contraste al respecto de lugares donde el cannabis terapéutico es legal en EEUU, como Colorado, Washington o California, al respecto de accidentes de tráfico. Y recogemos otro conocido bulo, en este caso usado contra los comestibles, “después de que los efectos de la droga se activaron, saltó del balcón de un 4° piso y murió de la caída.”.

La Iglesia de la Cienciología (IC) fue fundada en 1953 por el autor estadounidense de ciencia ficción Ron Hubbard, en Candem, Nueva Jersey. Su sede central se encuentra en una zona no-incorporada al Condado de Riverside, California, llamada “Base Dorada”. En algunos países como Francia, ha sido calificada como secta y condenada con cargos de “organización criminal” y “estafa”. En otros, como Suiza, se les reconoce el estatus de “empresa privada”. En UK se reconoció como “religión oficial” en 2013.

En nuestro país, la organización cuenta con varias sedes en Madrid y Barcelona. Además, la IC gestiona una zona de “retiro” para tratar adicciones, a la que no se ha permitido el acceso a la prensa.

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