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El Tusibí no es 2CB

El Tusibí no es 2CB

Benito Díaz

Alrededor de verano de 2019, se extendió la noticia al respecto de la aparición de cierto polvo rosado, confiscado por la policía. Los medios de comunicación se hicieron eco de la denominación “Cocaína Rosa”, a la luz de las pesquisas aparecidas en los informes policiales. Sin embargo, aquella sustancia no era ningún tipo nuevo de cocaína. Charlamos con Claudio Vidal, director del proyecto Energy Control.

Claudio Vidal es psicólogo especialista y director estatal de la organización de prevención de daños Energy Control, Asociación Bienestar y Desarrollo. “Se suele presentar como un polvo rosa, que se vende con el nombre de Tusibí o Tusi. Con referencia a qué es, podemos decir que se trata de un producto que se comenzó a comercializar hace algunos años con ese nombre, incluso se ha llegado a llamar ‘Cocaína Rosa’, pero que no es ninguna sustancia en concreto”, explica Vidal. “Es un producto hecho a base de combinaciones de sustancias”.

Tusibi ≠ 2CB

Este producto ha intentado equipararse al químico 2CB o incluso a la cocaína. “Lo que hemos podido encontrar en los análisis de muestras que nos han llegado es que la composición básica del Tusi o Tusibí, es una mezcla de MDMA y Ketamina en proporciones variables. A esa estructura primera, se le pueden añadir otras sustancias, como la cafeína, un estimulante, que es la que más suele hallarse en las muestras. De forma ocasional, anecdótica, se encontraron trazas de anfetaminas o incluso la propia 2CB”. Vidal explica que la adición de un colorante le otorga al polvo ese color característico que dotaría al producto de cierta novedad y exotismo.

Las primeras noticias al respecto de este producto se tienen alrededor del año 2014, un momento, según explica Vidal, en el que no se hablaba de este tema por tratarse de algo desconocido. “Quizás empezamos a tener más consciencia al respecto en torno al año 2015-2016 cuando empezaron a conocerse decomisos policiales mediante informes en medios de comunicación, donde ya se empezó a hablar de “cocaína rosa” y Tusibí”. Al parecer, el convoy desapareció por un tiempo y ha vuelto a ganar popularidad en los últimos dos o tres años.

Producto comercial

La puesta en marcha de un negocio tiene que ver con la originalidad y demanda del producto. De este modo, la experiencia del Tusibí pone de manifiesto la forma de funcionamiento del mercado de sustancias psicotrópicas. El caso del Tusibí no es distinto de otros productos, desde este punto de vista. “Todo apunta de que se trata de un intento de crear un sucedáneo algo más suave del 2CB, a partir de la mezcla de otras sustancias, como el MDMA, que sabemos que comparte ciertos aspectos con el 2CB. Darle un ligero toque psicodélico a través de la Ketamina y un plus de estimulación, agregando cafeína”, relata Vidal. Recordemos que el 2CB es una síntesis derivada de la Mescalina, psicodélico y entactogénico (sensación de empatía), desarrollado por el químico Alexander Shulgin a mediados de los 70. Sus efectos pueden durar, en dosis medias, hasta diez horas.

Hay otra interpretación que nos puede ayudar a comprender la aparición del Tusibí. En algún momento, alguien tiene la idea de introducir un producto nuevo en el mercado. Con la combinación de estas sustancias muy conocidas, a la que se le agrega un colorante y se le pone otro nombre. Después se procede a la venta. Si se observa desde esta perspectiva, ha sido un fenómeno de éxito, pues ha logrado colocar este producto entre las personas usuarias que la perciben como una sustancia bastante nueva o extraña, como pueda ser el propio 2CB”, comenta Vidal, añadiendo que además se ha contado con la publicidad de los cuerpos policiales y los medios de comunicación, ya que desde ellos se ha insistido en la relación Tusibí y 2CB.

Vidal señala que estas maniobras también llevan a ganar una cuota de mercado y clientela, ya que, por ejemplo, hay personas a las cuales no les gusta la Ketamina pero disfrutan consumiendo Tusibí. “En un primer momento también pudo servir como muestra de status social, debido a las mencionadas intervenciones de las notas de prensa de los cuerpos de seguridad del Estado difundidas por los medios de comunicación donde se referían al combo como “droga de las élites”, proporcionándole un aura de glamour, de exclusividad, etcétera, que sobre todo contribuyó a que ganara en atractivo comercial”. Sin embargo, siendo ya una sustancia de uso más normalizado, desde medios especializados se afirma que el gramo de Tusibí alcanza precios de hasta 100 euros en las calles.

Efectos y potenciales usos de riesgo

En la actualidad, confiesa Vidal, se cuenta con muy poca información al respecto de la miscelánea, ya que no existen estudios científicos. “Los riesgos principales provienen de las mismas sustancias de la composición, MDMA, Ketamina y Cafeína. Lo que nos cuentan es que existe una gran facilidad para caer en usos repetitivos, patrones de redosificacion constantes, etcétera. Además, estamos hablando de Ketamina, que sabemos que según se incrementa la dosis, es más probable que aparezcan los efectos de tipo psicodélico, efectos que no siempre gustan a todo el mundo y que sabemos que a determinadas personas pueden conducir a efectos no deseados como ‘malos viajes‘. Vidal nos aclara que esta amalgama no deja de ser lo mismo que aquellos “trifásicos” ya conocidos, que se podían consumir a principios de la década del 2000, una mezcla de MDMA, Ketamina y Speed, salvando el Speed por Cafeína.

El precio de mercado que hemos apuntado antes, solo es una aproximación, según expone Vidal, dado que lo que se puede afirmar, según los indicios, es que existe una amplia variedad de precios, observándose las proporciones de sustancias en la composición. De esta manera, sería más costoso un compuesto en el que predomine la Ketamina que uno en el que el MDMA sea el componente predominante. La mezcla podría, llegado el caso, adaptarse al gusto de la clientela, de ahí su precio y efectos.

Recomendaciones

El Tusibí ha sido hallado sobre todo en núcleos urbanos de nuestro país, como Madrid o Barcelona, también en grandes capitales de provincias y regiones como Mallorca o Andalucía. “Pensamos que se ha extendido bastante en los últimos años, aunque no llegue a ser algo tan accesible como otras sustancias, sí que en ciertos contextos podría encontrarse disponible al igual que otros psicotrópicos”.

El tratamiento de la información por parte de la policía y cuerpos de seguridad del Estado, es complicado, puntualiza Vidal. “Por el contrario, se debería esperar a contar con un análisis toxicológico para evitar caer en una retórica que relacione cualquier polvo rosa con 2CB, puesto que esa correlación es un error. Esto lleva a desajustes que contribuyen a la desinformación y, en este caso concreto, aunque existen otros, se trata de un fenómeno muy sustentado en esa desinformación”.

La recomendación que podemos hacer desde Energy Control es extremar la prudencia. El Tusibí no es 2CB, es un producto distinto, no se debe dosificar el 2CB como si fuera Tusibí. Las dosis con Tusibí son más altas y frecuentes que con 2CB. Tengamos en cuenta que el Tusi se suele consumir esnifado, lo que con 2CB nos situaría frente a cantidades demasiado grandes” dice Vidal. En este sentido, en cuanto al 2CB, una experiencia ligera podría estar en torno a 5mg, una intensa, 10mg y una experiencia muy intensa, a partir de 20mg, cantidades difíciles de medir por ser minúsculas. Es debido a que la cantidad de la dosis está dividida en los distintos componentes que el Tusi tiene ese efecto ligero.

Lo mejor sería acercarse por un servicio de análisis, descubrir cuál es la composición que tiene y a partir de ahí, tomar decisiones en cuanto al consumo. Si no es de su agrado, se podría llegar a descartar ese consumo o, en función de los resultados, adaptar ese uso. Información, moderación, prudencia y establecer un marco de control”, concluye el experto.

Más información en la página de Energy Control

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