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La subcomisión «explorará» la distribución en farmacias y rechaza el autocultivo

La subcomisión «explorará» la distribución en farmacias y rechaza el autocultivo

Benito Díaz

La subcomisión creada para estudiar la viabilidad del cannabis medicinal por parte del Congreso de los Diputados entregó ayer su informe final, que llevará a una votación para certificarlo y ponerlo en práctica. En las cuatro páginas del informe, se observan grandes ausencias, como el autocultivo, y leves mejoras, como la posibilidad, que se «explorará», de distribuir compuestos del cannabis en farmacias comunitarias además de en las hospitalarias.

El documento salió adelante con los votos a favor de UP, PSOE, Ciudadanos, PNV y PDeCAT; en contra PP y Vox; abstenciones de ERC y Bildu. Según aparece en el punto 1.5, esta resolución será ratificada mediante votaciones de la Comisión de Sanidad y Consumo, llegando su punto final en un plazo no superior a seis meses.

A pesar de las negociaciones, se dejan fuera problemáticas actuales muy importantes, como el autocultivo, y otras se contemplan desde la lejanía, como la dispensación de flores en servicios farmacéuticos comunitarios y la prescripción con normalidad por parte de los médicos de cabecera. Por otra parte, el informe reconoce cuestiones como el valor terapéutico de la planta y la necesidad de ampliar la investigación científica.

Conclusiones

El informe final de la subcomisión, está estructurado primero en conclusiones elaboradas después de la información suministrada en las ponencias y más tarde, con recomendaciones a la luz de estas conclusiones.

Los papeles comienzan con el reconocimiento y sumisión a las normas dictadas desde el ámbito internacional y los acuerdos con la ONU. Continúa con el reconocimiento del valor terapéutico del Cannabis, sin embargo, sosteniendo que solo puede ser utilizado para fines científicos o médicos, según los mencionados acuerdos. También se menciona que la evidencia científica disponible es limitada en relación con los usos terapéuticos del Cannabis y sus productos, y está restringida a algunos diagnósticos”, lo que significa que no cualquier dolencia podrá ser tratada con Cannabis. Se establece así una lista de enfermedades susceptibles de recibir este tratamiento, tales como “esclerosis múltiple, algunas formas de epilepsia, náuseas y vómitos derivados de la quimioterapia, endometriosis, dolor oncológico y el dolor crónico no oncológico (incluido el dolor neuropático)” empero, “pudiendo ampliarse a otras indicaciones terapéuticas cuando los estudios aporten indicios consistentes”.

El dossier reconoce la existencia de ensayos clínicos en la actualidad en nuestro país, necesarios para la generación de evidencia científica a través de la experimentación con distintos cannabinoides. También en estas conclusiones se reconoce un sitio preferente para la Agencia Española del Medicamento, que ampliaremos a continuación, mencionando primero la existencia de dos medicamentos derivados del Cannabis y garantizando su acceso en los casos necesarios.

Recomendaciones

Las acciones a realizar que apunta la subcomisión, comienzan con la “garantía de disponer de medicamentos derivados del Cannabis para su uso terapéutico, preservando la respuesta apropiada a las peticiones de comercialización de medicamentos derivados del Cannabis, de acuerdo con principios regulatorios en la base del funcionamiento de la AEMPS. Se deberá surtir al mercado farmacéutico con extractos o preparados estandarizados del Cannabis que hoy no tienen una autorización de comercialización, explica el texto. “La existencia de preparados estandarizados, con una composición definida, supone una ventaja en términos de dosificación, estabilidad y manejo. A su vez, se valorará el desarrollo de proyectos experimentales cuando sean solicitados como las sumidades floridas de cannabis o con preparados de otro tipo que estén disponibles en países de la Unión Europea”.

Las recomendaciones aseguran que los servicios de farmacia deberían poder elaborar fórmulas magistrales a partir de los extractos o preparados estandarizados, asegurando su estabilidad y uniformidad. También sitúan a la AEMPS como “parte crucial” del proceso, pues es el organismo destinado a la articulación del servicio del que estamos dando noticia, dando cuentas a la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).

La AEMPS debería definir mecanismos congruentes con la normativa vigente, a través de los cuales sea posible la prescripción y dispensación, tanto de medicamentos con productos derivados del cannabis en su composición, como de fórmulas magistrales de extractos o preparados estandarizados de cannabis. La organización trabajaría en conjunto con las Comunidades Autónomas para definir y ejecutar las funciones de inspección y control que se acuerden en la aplicación de estos preceptos.

Otra recomendación es el refuerzo de los actores sanitarios en el Uso Terapéutico del Cannabis, siendo de preferente prescripción por médicos especialistas en dolencias como las mencionadas con anterioridad. También afirma que se debe promover la formación en el uso del Cannabis entre los profesionales de la medicina.

El punto 3.5, exige la creación de un registro centralizado de pacientes prescritos de terapias cannábicas, usuarios de fórmulas magistrales o preparados, a partir de los registros de cada Servicio Autonómico de Salud. “Estos registros pueden ser la base para evaluar los resultados obtenidos con el tratamiento en distintos perfiles de pacientes, y así mejorar progresivamente el conocimiento sobre el medicamento y beneficiar, en último término, a los pacientes”. En los puntos siguientes, se especifica que el suministro de estos preparados o extractos, deberá realizarse a partir de la red de farmacias del sistema de Salud, “con preferencia en las farmacias hospitalarias y explorando la alternativa de las farmacias comunitarias que puedan reunir los requisitos”. Se participarán guías clínicas referidas a las terapias con Cannabis, elaboradas por “expertos procedentes de las sociedades científicas y profesionales y de los colegios profesionales”.

Ausencias y excesos

El silencio absoluto del documento al respecto del tema del autocultivo, llama la atención por su rotundidad. Ha sido excluido de cualquiera de los aspectos contemplados en una posible regulación. Tampoco hay mención a la creación de un organismo especializado que salve las sospechas que penden sobre la AEMPS o a la posibilidad de la dispensación medicinal en Asociaciones y CSC.

Las resoluciones de los puntos 4 y 5, por el contrario, son reflejos de políticas que alguien pudo considerar desterradas hace tiempo. Según el punto cuarto, se debe “velar por no emprender acciones que comporten una mayor disponibilidad y consumo de Cannabis fuera del contexto clínico”. Sin apuntar mayor detalle, y reiterando el enunciado de sabor prohibicionista, “es absolutamente necesario evitar que el uso terapéutico de extractos o preparados estandarizados de cannabis para determinados pacientes con indicaciones concretas, se confunda con una invocación genérica al uso general de cannabis por la población”.

El punto quinto, requiere una evaluación periódica del Uso Terapéutico del Cannabis, en relación con los datos de consumo de Cannabis de la población. Esta mezcla de conceptos, incluye una sesión anual en sede parlamentaria de la Comisión de Sanidad y Consumo, que valorará la situación y su evolución; un informe anual de la AEMPS, “sobre el uso terapéutico de extractos o preparados estandarizados de cannabis, que incluirá información sobre las opciones disponibles, los servicios que prescriben, los pacientes tratados, y los volúmenes de productos dispensados, así como datos de eficacia y seguridad, con las aportaciones del sistema de farmacovigilancia”. Además, el Plan Nacional Sobre Drogas, “realizará un informe sobre el consumo de cannabis y de extractos o preparados estandarizados de cannabis en España, con información sobre la frecuencia de consumo en población adolescente y adulta, los indicios de consumo intensivo, los indicios de consumo problemático, las personas que acuden a tratamiento especializado con el cannabis como sustancia principal”.

Las enmiendas logradas por grupos como EAJ-PNV o Unidas Podemos, que incluyen temas como la inclusión de enfermedades como la endometriosis en la lista del Cannabis Medicinal o el dolor oncológico, así como la exclusión de la obligatoriedad de se recurra a la industria farmacéutica para la producción, eliminando el concepto “al por mayor”, no cambian el hecho de que estos gestos se quedan pequeños ante la maquinaria restrictiva que emana de estas conclusiones.

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