Arnau Alcaide
El presente informe del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA), con una muestra de 17.899 personas encuestadas antes del primer estado de alarma, recoge la Encuesta sobre Alcohol y Drogas en España (EDADES) en su edición 2019/2020, junto con el análisis de los indicadores de admisiones a tratamiento, urgencias y mortalidad relacionada con las drogas, además de sus tendencias hasta 2019.
Incluye también información sobre otros problemas relacionados, como las infecciones en consumidores o el consumo problemático, así como capítulos específicos dedicados al Sistema Español de Alerta Temprana (SEAT) sobre nuevas sustancias psicoactivas, o la oferta de drogas y las medidas de control.
El uso de la fuerza y las campañas estigma, preferidas a la asistencia
Si el servicio de asistencia llegó a estar en el segundo lugar como solución a los consumos problemáticos y al riesgo de exclusión social, solo por detrás de la educación en escuelas, ahora repuntan el control aduanero y la represión policial hasta el segundo lugar, seguidos de las campañas publicitarias. Invisibilidad denunciaba recientemente para nosotros la proveedora estatal ABD. Solo en el cuarto lugar encontramos ya al servicio de asistencia, con 6 puntos porcentuales menos de aceptación. Pero la situación es peor: relegado el enfoque asistencial, sus valores se contemplan cada vez menos en la educación, en la represión ejercida por el Estado y en la marginalización a que nos someten en el espacio público vía publicidad estigmatizante; todo con nuestros impuestos.
El 36,5% de los individuos encuestados piensa que la legalización del cannabis sería «una solución importante para resolver el problema de las drogas», los términos en que se expresa. Se registra un porcentaje bastante inferior cuando se pregunta sobre la opción de legalizar todas las drogas (24,8%), a pesar de haber obtenido un importante repunte de 6,7 puntos porcentuales con respecto al año 2017 (18,1%).
De los admitidos por «iniciativa propia», 1 de cada 10 llevaba 30 días en prisión o interno
Aunque la mayoría de admisiones a tratamiento se recogen como por «iniciativa propia», nada se dice de la vinculación con las sanciones desorbitadas de la ley mordaza, pese a que la mayoría de ingresos son por consumos de cocaína esporádicos en combinación con el alcohol, de consumo mucho más regular. Tampoco se comenta la atenuación de las penas, en las que se reconoce una supuesta voluntad anulada el emitir juicios, más allá de este porcentaje que expresa la «voluntariedad» de 1 de cada 10 personas admitidas. En la prisión, el manicomio o el correccional son algunos de estos períodos internos tras los cuales se opta por «iniciativa propia» a acceder al tratamiento.
El 95% de todos los menores por cannabis, pero no informa de esa misma relación de multados
«El 95,2% de todos los menores de 18 años que han sido admitidos a tratamiento por consumo de drogas ilegales en 2019 en nuestro país, lo han hecho por problemas asociados al consumo de cannabis», alarma el texto, impasible a la represión de los adolescentes que, guste o no, se fuman un porro en un parque y vuelven con la multa de 600 a 10.401€ para sus padres, a la suerte de cada situación familiar. De entre las multas Mordaza, la mayoría son por consumo o tenencia de drogas, y estas que nos atañen representan para el cannabis el mismo porcentaje que los admitidos a tratamiento. Solo un 26%, según recogen, habría ido de manera «voluntaria», mientras que el 15% por presión familiar y nada se sabe del 59% restante. De nuevo, fala el porcentaje de los que fueron sancionados para tener una buena información sobre esa «iniciativa propia».
Destaca un 13.2% de ingreso voluntario en urgencias no médico por éxtasis
El aumento de la pureza que notifican entidades civiles de financiación pública como Energy Control, menos visibles que la información prohibicionista al uso, supone una falta de información a la hora de consumir las dosis de éxtasis. Esto, junto a la posibilidad de consumir sin saberlo de una bebida, motiva que 4 de cada 30 ingresos sean voluntarios, pese a la prevalencia del ingreso por motivos médicos en urgencias.
La cocaína supera al cannabis en el tratamiento quitamultas
En 2019 la cocaína se mantiene como la droga ilegal que causó un mayor número de admisiones a tratamiento (44,7% del total), seguida del cannabis (28,4%) y los opioides (22,3%). Cabe destacar que estas admisiones a tratamiento son por la vía de la sanción, pues primero se ejerce la fuerza y luego se permite retirar la multa mediante la coerción a aceptar una condición patológica.
Repuntan las admisiones a tratamiento por alcohol
El alcohol es responsable, en base a los datos de 2019, del 35,2% de las admisiones a tratamiento. Además, aunque en la mayoría de ocasiones se computan las implicaciones a las otras sustancias, está casi siempre presente en la población policonsumidora. No obstante, de estas admisiones a tratamiento, el 7 de cada 10 computan como alcohol en solitario, con el uso de cannabis y cocaína como principales drogas secundarias en el resto.
El perfil de los admitidos por alcohol es el de un varón de 46,5 años que vive con su familia propia (pareja y/o hijos)
(25,3%) o con sus padres o familia de origen (24,9%), que acude por iniciativa propia o derivado por su médico de cabecera u otros centros de tratamiento y que consume alcohol todos los días.
Prevalencias de consumo y edades de inicio: las legales siempre ganan, pero no alarman
El informe también dedica mucho espacio a las urgencias hospitalarias, las Nuevas Sustancias Psicoactivas o el Sistema Español de Alerta Temprana.