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Redes de defensa de Personas que Usan Drogas recuerdan este 21

Redes de defensa de Personas que Usan Drogas recuerdan este 21

Benito Díaz

Mañana 21 de julio se recuerda a personas que eran “más que una baja” o cuyas vidas fueron “cortadas pronto”. La International Network of People who Use Drugs (INPUD) es una organización global que promueve la salud y defiende los derechos de las personas usuarias de drogas. Fundada en 2010, se articula alrededor de la llamada Declaración de Vancouver y cuenta con redes que incluyen América Latina, Norteamérica, Europa y una sucursal en Cataluña, denominada CATNPUD, que sigue los modelos internacionales.

La vulneración de derechos de cualquier persona que consuma sustancias es un hecho que casi cualquiera de ellas ha podido percibir en ocasiones. Al tiempo, la invisibilización de sus problemas, la marginalidad y el estigma social, son cuestiones que deben ser tomadas en cuenta por las administraciones. En ese nicho se desarrolla la actividad de INPUD, EURONPUD y CATNPUD. Para comprender mejor su labor, contactamos con Antoniu Llort, doctor en Antropología y representante de la filial CATNPUD.

Estatutos fundacionales

La organización, en su dimensión mundial, basa sus acciones en la llamada “Declaración de Vancouver”, estableciendo sus objetivos y sus modos de actuación para alcanzarlos. El documento “establece las demandas de las personas que consumen drogas, enfatizando que sus derechos humanos deben ser respetados y su salud y bienestar deben ser priorizados. INPUD es una red global que busca representar a las personas que consumen drogas en agencias internacionales como las Naciones Unidas y con quienes realizan trabajos de desarrollo internacional. Creemos que las personas que consumen drogas deben estar representadas de manera significativa en los procesos de toma de decisiones que afectan nuestras vidas”. INPUD se compromete de esta forma, a demostrar en cada país la contribución que las personas consumidoras al desarrollo y gestión de los servicios destinados a esta comunidad; como los programas de reducción de daños, por ejemplo.

Uno de los lemas de INPUD es ‘nada para nosotros, sin nosotros'», explica Llort, en referencia a la participación del colectivo en la elaboración de políticas de drogas. “En 2004 se realizó una conferencia internacional en Vancouver (Canadá). Allí se dio un espacio de participación para la auto organización y visibilización de estas comunidades. Se brindó un lugar para hablar de cómo las políticas de drogas se hacían sin contar con esas personas, que al final son las que reciben los servicios”. De esta forma, se dejó de hablar de profesional a profesional y se comenzó a promover su inclusión. Se creó INPUD internacional, dando lugar a la planificación y realizando una llamada a la acción participativa entre comunidad y agentes sociales, como principal fundamento. “No por ser consumidores debemos ser tratados como ciudadanos de segunda. No por consumir sustancias, una persona deja de poder tomar decisiones como el ciudadano de cualquier nivel. Hay que destacar también la intención de reparación de daños causados por las políticas de drogas, pues hay gente que ha sido encarcelada o ha muerto. Debemos rescatar la memoria, dignificarla y luchar contra el estigma; que estas personas sepan que ahora cuentan con una agencia propia”.

Demandas de la Red Mundial

INPUD, es una organización formada por otras asociaciones de menor tamaño, distribuidas por los distintos territorios. Como nos explica Antoniu, existen redes en Suecia, Italia, Portugal, etcétera. CATNPUD, por ejemplo, está formada por la Asociación de Pacientes Dependientes a Opiáceos (APDO), la asociación por la reducción de daños ASAUPAM, AUPA´M, XADUD, CONFAC a través de CATFAC, los colectivos Ningú Fora de Joc y Metzineres, FAAAT y Creu Roja Catalunya, y Associació Reus Som Útils, de la que Llort es secretario.

Una de las principales demandas es mejorar la accesibilidad y calidad en los servicios de adicciones y consumo. Se puede mencionar que en Cataluña tenemos una red de reducción de daños bastante digna y la administración destina recursos a ello, igual que creo que lo que tienen en Euskadi. En el resto de la península, servicios como los de intercambio de jeringuillas o albergues, están muy deteriorados”, señala Llort. “La última demanda que recogemos, es la implantación de programas de dispensación de heroína en los sistemas públicos. Es un paradigma de un gran valor constructivo, como se ha demostrado en Canadá o Suiza, también a nivel científico, y no se implanta por una mera cuestión política”, dice en referencia a quien pueda pensar que se trata de un programa para sostener la drogoadicción.

Llort hace mención al anacronismo que suponen unas políticas de drogas creadas en la época de la expansión de la heroína y la epidemia de SIDA de los años 70 y 80. “Muchos servicios están diseñados en aquella época, para atajar un problema de hace cuarenta años. Hay diferentes modelos, pero se han quedado obsoletos, sin invertir en el diseño en cuestiones actuales que tengan en cuenta la diversidad de género o la concepción de la criminalidad. Casi todos los dispensarios de metadona parecen peceras blindadas, con rejas y agentes de seguridad. Para acceder al medicamento hay que firmar un contrato en el que aseguras que no vas a trapichear con él o con las pastillas, esto no pasa con ninguna otra medicina hospitalaria. Es un tema social que no tiene que ver con la ciencia”, comenta.

Guerra contra las drogas

La ONU, a través de su oficina de Drogas y Crimen, destina 16 o 17 billones a cumplir los objetivos del año 61: la reducción de la oferta y la demanda de sustancias. Esto no se cumple; al contrario, se ha incrementado. Por tanto, toda esta inversión en persecución policial, encarcelamiento y mantenimiento de estas políticas, si fuera invertida en proyectos sociales, políticas reguladoras y con objetivos de descriminalización, sería mucho más efectivo que continuar promoviendo muerte, crimen y sufrimiento”, denuncia Llort, a la vez que argumenta que las sustancias no son entidades conscientes que busquen nuestro malestar. “Las leyes actuales solo persiguen al escalón más bajo de la pirámide y permite a los grandes narcoestados blanquear dinero y hacer, de las legislaciones, mecanismos de control social”.

CATNPUD

El brazo de INPUD en Catalunya, se fundó en 2016, vista la necesidad de traer esta red de activismo en pro de los derechos de las personas consumidoras. De momento, solo han realizado actividades a nivel territorial, pero según aclara Llort, está en el espíritu de la organización el plan de extenderse a otras provincias, incluso países. “Nuestra capacidad de acción en este momento es poca, sin embargo, hemos planteado con otros compañeros de Portugal y de otras comunidades el crear una red ibérica de representación”, ilustra el doctor. “Tenemos mucho apoyo y poca financiación. No podemos liberar a nadie para que trabaje solo en CATNPUD. Pero hemos avanzados mucho hasta el día de hoy, quizá en breve podamos gestionar estos modelos de trabajo, dignificar y luchar por la reparación”. Llort manifiesta que cuentan con un pequeño apoyo de la Generalitat, a través de su programa para campañas internacionales del Departamento de Salud. También EURONPUD financia proyectos puntuales y cada organización aporta de la red “lo que puede”. CATNPUD cuenta con un sistema de afiliación en el que la ciudadanía pueden participar, si lo desean. “Cualquier persona puede aportar lo que pueda: trabajo profesional, voluntarios o reivindicar el sitio de la ciudadanía que quiera luchar contra el estigma en su propia comunidad”.

El doctor antropólogo nos remite a la situación dada con el COVID en la comunidad de consumidores, cuando se ha podido observar cómo se han flexibilizado los servicios sanitarios como la dispensa de opiáceos. Es posible reivindicar las posibilidades que se han visto realizadas con la situación de la Pandemia, como la rehabilitación de albergues para personas sin hogar, según demuestra Llort, algo sobre lo que sugiere reflexionar a la administración para mantener estas medidas en el tiempo, convirtiéndolas en una mejora permanente.

Antoniu revela las próximas actividades de CATNPUD, por ejemplo, el memorial internacional por las víctimas de las políticas de drogas que tendrá lugar el próximo día 21 de julio. También, las actividades que tuvieron lugar el día 26 de junio bajo el slogan “Support Don´t Punish” y nos emplaza a participar el día 31 de agosto en el Día Mundial de la Prevención de las Sobredosis.

Toda la información sobre CATNPUD, EURONPUD e INPUD en sus páginas web.

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