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Salvador Amigó, Universitat de València: «El cannabis natural es responsabilidad pública»

Salvador Amigó, Universitat de València: «El cannabis natural es responsabilidad pública»

Arnau Alcaide

Entrevistamos a Salvador Amigó, investigador docente de la Universitat de València que tiene desde ya hace unos años una investigación en curso con 22 pacientes de la asociación medicinal Terapéuticas Hierbas Castelló, conocida por su participación en la divulgación medicinal dentro del proyecto Educannem. El profesor de psicología insiste en desmantelar el argumento de que no hay evidencia científica con el cannabis medicinal, pues ya hay múltiples investigaciones, como la suya, que prueban sus efectos, también en el más alto grado de evidencia para el consumo de cannabis natural, fumado o ingerido, además de para las medicamentos a base de cannabis ya aprobados en España. Estos cuentan con los recursos de las farmacéuticas, que invierten en financiar investigación para medicamentos, pero la investigación pública encuentra trabas hasta en sus inicios, con negativas, y, posteriormente, sin financiación o sin apoyos de la comunidad científica por el estigma con planta que no se vive con los fármacos.

Sin investigación pública, fármacos de 30.000€ anuales

En su caso, la investigación es pionera y se encuentra a punto de pasar al máximo estadio de evidencia, el ensayo clínico con grupo de control y medición de tomas y efectos, estando ahora en el segundo grado de evidencia, el observacional. No la lleva a cabo en exclusiva, la agrupación Fes-ho Bé y la también profesora en la UV, Ángela Beleños, participan. «Nos centramos en la investigación en calidad de vida y la investigación evidencia», relata Amigó, una investigación para la que consiguió la aprobación del Comité Ético. Amigó pone las horas de su tiempo libre y no cobra nada por la investigación, pues la Universidad le aprueba hacerlo pero no lo admite para sus horas de investigación. En situaciones similares de dificultad podemos ver al equipo de Manuel Guzmán en la Complutense de Madrid, con la investigación pionera contra el cáncer de la doctora Cristina Sánchez, que no obstante aún no pasa a fase clínica de manera inexplicable. ¿Veremos antes el fármaco cannacancer? Y también a un Joan Carles March que fue privado de la investigación pública en Rasquera. Aunque Amigó señala que la Universitat de València al menos no pone trabas a su inicio.

En busca de la calidad de vida

En el caso del investigador valenciano al que entrevistamos, relata que «la idea que se aplica en la investigación en Terapéuticas Hierbas Castelló es la de usar el cannabis para mejorar la calidad de vida», una concepción de la medicina que «introdujo la ONU en los 70» para ir más allá de la visión simplemente curativa, de acción-reacción, y tratar de salir de una concepción productivista de la salud hacia un modelo orientado a la prevención mediante la calidad de vida o la mejora de esta en situaciones cronificadas que se aceptan sin cura o de difícil curación.

De momento, el estudio cuenta con 22 pacientes bajo una investigación intensiva, que consiste en el seguimiento completo del tratamiento y sus efectos mediante la vía de la entrevista presencial: «Medimos la calidad de vida relacionada con la salud, un estándar internacional que aplicamos observa y con el seguimiento de la evolución de pacientes durante 6 meses usando cannabis». Aún por completar, pues añadió 6 participantes en etapa Covid, Amigó ha ido presentando resultados en diferentes ponencias sobre el cannabis anualmente desde entonces: «Observamos una mejora sustancial de muchos aspectos de la calidad de vida en la salud: dolor, aumento de la actividad física, mejora del estado de ánimo, etc. Estamos contentos de que las personas estén mejorando, inclusive en etapa Covid, con la dificultad añadida y el estrés emocional sufrido de forma generalizada». Nos cuenta que, salvo un estudio pionero en el Hospital del Mar de Barcelona en 2011 con pacientes de fibromialgia, el suyo, que está en proceso de pasar a la fase clínica con grupo de control, demorada por covid, será el segundo de España.

Sobre la evidencia y el cannabis natural

Preguntado por si las jerarquías de la evidencia científica ejercían de freno a que se acepte la evidencia con el cannabis medicinal, lo niega rotundamente: «La evidencia tiene distintos niveles. Cuando hablamos de un estudio basado en la evidencia tiene diferentes rigores científicos. En principio que haya evidencia y se pueda calcular un nivel y ver la calidad de un producto no tiene ningún problema para el cannabis. El problema es cuando sistemáticamente en los congresos médicos y científicos se machaca la idea repetida de que no hay evidencia contra la que hay. Primera, el cannabis natural tiene evidencia en casi todos los niveles de la jerarquía, aunque no está toda en el más alto. La jerarquía actual que prima los ensayos clínicos no afecta al cannabis porque hay estudios con ese nivel de rigor, como por ejemplo en la espasticidad, la epilepsia, y reducir el vómito y las náuseas del tratamiento del cáncer; ya se ha demostrado, esto no va en contra del cannabis».

Y nos cuenta que cuando vemos que la evidencia se sitúa en otros niveles, y sería el caso de tantas otras patologías, es que presenta potencial, pero que todavía no ha alcanzado el nivel máximo de evidencia, en muchos casos por la falta de más investigación. «Cuando se dice que no hay evidencia es falso; sí la hay, y en todos los niveles de evidencia. Se nos pide a los cannábicos que demostremos más, la evidencia clínica en otras áreas como el glaucoma, el alzheimer, trastornos emocionales, y la hay, pero no de tan alto nivel. Es una auténtica barbaridad pedir que una sustancia cure todo. Se ha demostrado suficientemente a nivel científico que algunos tratamientos del cannabis tienen la máxima evidencia. Para el resto el problema está en las trabas que se nos ponen a la investigación». De las principales jerarquías de la evidencia, la mayor de las evidencias es la revisión bibliográfica de los ensayos clínicos sobre una misma materia, seguida de los mismos ensayos clínicos (el estadio al que pasará Amigó), seguidos de las investigaciones observacionales (la presente investigación).

«Con la eliminación de la cannabis de la lista 4 se reconoció el potencial terapéutico. Hasta entonces los políticos nos han puesto todas las trabas del mundo para poder investigar pero resulta que para poder utilizar clínicamente el cannabis me piden investigación previa de alto nivel científico. A pesar de las trabas, de que nos nos han dejado trabajar, de los obstáculos, a nivel mundial se ha demostrado la evidencia, y de nivel más alto. No son las jerarquías de la evidencia el problema, sino que no nos dejan investigar. Dos medicamentos ya están en el vademécum: Sativex y Epidiolex. Basados ​​absolutamente en el cannabis. Esos han pasado todos los filtros. Con eso te quiero decir que, para nosotros, que nos dejen investigar sería suficiente».

Y señala que «también hay estudios de grado de evidencia máxima de cannabis fumado». El cannabis natural se queda atrás ante la preferencia de reguladores por el fármaco: «Si se pudiera hacer más investigación, no habría la tendencia a reforzar el estudio de medicamentos que pasan por las farmacéuticas y se podría ampliar el conocimiento aplicado de la flor natural. Sí que hay en la clase médica la predilección por el medicamento por la que me preguntas, pero hay más que suficiente base para impulsar públicamente el cannabis medicinal natural y es totalmente necesario para que no se quede atrás». Recordemos que el acceso democrático al cannabis debe poder ser ejercido por todo el mundo, pues es el derecho a la salud de las personas usar la mejor medicina disponible, y para que esto sea posible el cannabis debe ser asequible, por lo que el estado neglige de sus obligaciones para con todas las personas pacientes o que potencialmente lo son. Las empresas farmacéuticas venden un producto patentado, no tienen interés en catalogar los usos naturales en diferentes proporciones para que otras empresas les compitan sin patente. Es una investigación de interés eminentemente público. En Terapéuticas Hierbas Castelló, el investigador explica que «todas las personas pacientes presentan mejoras de la calidad de vida ante cáncer, esclerosis y fibromialgia. Y ello a pesar de la pandemia».

Ofreció a la UV poner en marcha un título propio

«Quería preparar a investigadores y profesionales del cannabis medicinal con lo mejor que hay con València en un título propio, y la UV lo rechazó dos veces. Me puse en contacto en Colegio de Médicos y en todos los departamentos de Medicina para que me ayudaran a ponerlo en marcha y nadie quería saber nada del tema. Cuando hay tanta estigmatización es difícil trabajar. En València no hemos podido encontrar ni un solo médico de la Facultad de Medicina ni en el Colegio, nadie que esté dispuesto a colaborar como médico». Incluso llegó a lanzar un mensaje directo a la rectora en las jornadas cannábicas de la Universitat.

Sin recursos públicos

«Los recursos los podríamos tener si el ambiente científico y universitario fuera otro. Si todo el mundo dice que es mentira en la comunidad científica valenciana cuando esto ya está tan avanzado, es muy difícil poder hacer nada. En la Universidad me dijeron que el cannabis es ilegal y no iban a apoyar nada. El problema es que continúan exigiendo evidencia cuando es falso que no la hay. Sí hay estudios de altísimo nivel que dicen precisamente que ni el cannabis provoca la psicosis, ni la escalada de drogas duras, ni la adicción necesariamente; hay evidencia que demuestra de forma clara que esos prejuicios no son aceptables. Están jugando a algo rastrera porque saben que hay evidencia pero nos piden más y no nos dejan investigar, una rueda de engaño y una jugada sucia, por parte de políticos y de algunas instituciones».

Un paso más en el grado de evidencia del estudio

«De momento es un estudio de carácter observacional. Pero queremos incorporar grupo de control, protocolo terapéutico y convertirlo en de alto nivel. Afortunadamente tenemos el permiso del comité ético y lo hemos de aprovechar. Es el siguiente paso pero la pandemia nos lo ha paralizado. Yo quería hacer hace tiempo un estudio de alto grado de evidencia sobre mejoras emocionales, pero dadas las circunstancias en la UV esperaré. Vamos a reforzar la de cannabis medicinal de momento, y ampliarla».

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